Campeonas para siempre

Las jugadoras de la selección española celebran su Mundial.
Las jugadoras de la selección española celebran su Mundial.
Rodrigo Jiménez / Efe

Una lucha global contra el machismo y la discriminación es lo que están haciendo las jugadoras de la selección española de fútbol desde hace casi un año, al reconocerse ellas mismas que no son solo futbolistas. Han demostrado valentía, inteligencia, coraje, concienciación social, unidad, hartazgo contra los abusos de todo tipo y especial empatía con las mujeres que los sufren. 

Nos hemos enterado todos de su lucha contra la violencia sexual, el acoso, las coacciones, el abuso de poder, la discriminación… al llegar a ser las mejores jugadoras del planeta y actuales campeonas del mundo, con su juego brillante como bien reconoció la entrenadora de Inglaterra, que perdió la final de Sídney.

La sociedad española está siendo testigo de unas decisiones de las futbolistas que pueden cambiar en cierta medida la cultura machista y sexista existente, con gestos y actuaciones que pueden producir más cambios entre los regidores del fútbol. La pancarta y otros gestos con el lema ‘Se acabó. Nuestra lucha es global’, que se pudo ver en los partidos de España contra Suecia y contra Suiza, compartida por españolas, suecas y suizas, no es un punto y final, sino un comienzo hasta conseguir la tolerancia cero ante el acoso sexual. Aparte de como campeonas del mundo, estas futbolistas pasarán a la historia del deporte y de las mujeres por decir ¡basta ya! al pasado de abusos invisibles sufridos en silencio para intentar cambiar la discriminatoria realidad social.

En esta historia de un equipo campeón del mundo integrado por mujeres, que ha recibido año tras año peor trato, teniendo que superar más obstáculos que sus compañeros, se ha echado de menos el apoyo de los jugadores españoles, salvo alguna honrosa excepción, como la del exzaragocista Borja Iglesias. Por eso, cobra mayor relevancia el artículo del exjugador Andoni Zubizarreta, quien, en el diario ‘El País’, escribió: "Hay que recordarles a los futbolistas que sus derechos laborales se conquistaron a principios de los 80 con tensiones y miedos, con encierro en el Consejo Superior Deportes como medida de presión para conseguir lo que entonces considerábamos justo. Nuestras jugadoras no buscan privilegios, sino derechos". Derechos como futbolistas y como personas.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Concha Roldán)

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