Sánchez debe marcar los límites
Pedro Sánchez lleva semanas hablando de su voluntad de formar de nuevo gobierno. Sin embargo, solo ayer se convirtió realmente en candidato a la investidura, cuando el Rey le asignó esa responsabilidad.
Ahora, Sánchez debería transmitir cuanto antes a los españoles cuáles son los criterios y cuáles los límites que lo van a guiar en una negociación a múltiples bandas que se presenta complicada, y en la que acechan claros peligros para la estabilidad política de España que el presidente en funciones debería evitar.
A tenor de las posiciones que se conocen de los diferentes partidos, Sánchez no cuenta en este momento con apoyos suficientes para asegurar su investidura. Su candidatura es, sin embargo, una vez rechazada por el Congreso la de Núñez Feijóo, la única opción con posibilidades para formar gobierno, de ahí la designación del Rey. Para conseguir los votos que necesita, el presidente en funciones tendrá que negociar con un cúmulo de fuerzas políticas, cada una de las cuales plantea sus propias exigencias, y ninguna, ni siquiera los partidos incluidos en Sumar, le ha asegurado su respaldo. Pero lo que preocupa seriamente a millones de ciudadanos son las negociaciones con los independentistas catalanes. Que el Gobierno de España vaya a depender del apoyo de quienes quieren y han intentado fracturarla, incluyendo al prófugo Puigdemont, es de por sí inquietante. Pero que el Partido Socialista y su líder pudieran aceptar condiciones claramente inconstitucionales, como la amnistía o un referéndum de autodeterminación, según le exigen los separatistas, para mantener el poder sería un paso desestabilizador para el sistema democrático que Sánchez no debe dar, ni siquiera plantearse, de ninguna manera. El candidato, debiera por tanto marcar claramente los límites y actuar con transparencia. Será preferible volver a las urnas que aceptar lo inaceptable.
