Ha pasado ya alrededor de un año y medio desde que la covid dejó de ser una seria preocupación social y política. Pero eso no significa que el virus haya desaparecido, sino que se ha integrado, como otras enfermedades, en la ‘normalidad’ sanitaria. 

No es motivo de alarma ni de inquietud, pero sí resulta conveniente que las personas que por alguna circunstancia son más proclives a padecer la enfermedad en su forma grave se vacunen de nuevo contra la covid. Al igual que contra la gripe, que cada invierno causa no pocos trastornos y satura en ocasiones las urgencias de los hospitales.

Todo indica que la vacunación periódica contra la covid va a incorporarse de manera habitual a nuestro calendario sanitario. Se dispone de vacunas eficaces, que evitan al menos que el virus SARS-CoV-2 dé lugar a una forma grave de la enfermedad, pero que tienen que actualizarse periódicamente para asegurar que se consigue un buen nivel de inmunización. Lo mismo sucede, desde hace muchos años, con la vacuna de la gripe. De manera que, en beneficio propio, para no contagiar a otros y para no contribuir a sobrecargar innecesariamente el sistema sanitario, quienes están en algún grupo de riesgo –mayores de 60 años, personal sanitario y sociosanitario, personas con enfermedades previas, etc.– deberían aprovechar la campaña que el Salud comienza el próximo lunes y vacunarse en su centro de salud tanto contra la covid como contra la gripe. Este año, además, se empezará a aplicar también la vacuna contra el virus respiratorio sincitial, que puede afectar a bebés. Siguen produciéndose en algunos momentos numerosos contagios de covid, ya que el patógeno continúa y seguramente continuará circulando, aunque afortunadamente, gracias a la inmunidad natural y a la inducida por las vacunas, la inmensa mayoría cursan de manera leve. Pero es muy conveniente seguir las recomendaciones en cuanto a la vacunación.