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La sangre del PSOE

Presentación del libro de Alfonso Guerra 'La rosa y las espinas. El hombre detrás del político'
Presentación del libro de Alfonso Guerra 'La rosa y las espinas.
Enrique Cidoncha

Nada une tanto como un enemigo común". Fue la conclusión de un experimento de psicología social. Alfonso Guerra y Felipe González demostraron esta semana que la deducción es válida. Tras décadas de silencio, se reencontraron contra Pedro Sánchez y su intención de pactar una amnistía que le permita gobernar para el prófugo Puigdemont y sus adláteres.

Los dos tótems socialistas se han puesto de acuerdo en que no están de acuerdo con Sánchez. Y lo expusieron meridianamente, arropados por otros pesos pesados del partido: llamaron a un pacto con el PP para apartar a nacionalistas e independentistas de la gobernabilidad del país. Y Guerra tildó a Sánchez de "desleal" y "disidente".

La ambición de Sánchez no tiene medida y lo que está dispuesto a hacer, tampoco. Pero todo no vale. Ni siquiera compensa.

Al margen de la reacción que el pacto que fragua pueda tener en el electorado, lo cierto es que Sánchez está dinamitando su propio partido, que en estos momentos está abierto en canal. Una parte importante, quizá mayoritaria, no está de acuerdo con la estrategia del presidente, aunque por lealtad guarde las formas. Pero a la vejez, viruelas. Otros no se han callado. La herida sangra a la vista de todos. Ninguna investidura la cerrará, porque cualquier logro de ese hipotético gobierno con los independentistas será eclipsado por las cesiones que exija.

La única salida digna y coherente que le queda al PSOE es dejar pasar esta bola. Que corran las fechas. Y que los españoles decidan.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Esperanza Pamplona)

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