Por
  • Fernando Lussón

Victimismo, discriminación y necesidad

Primera sesión plenaria de esta legislatura en el Congreso de los Diputados, que ha estrenado el uso de las lenguas cooficiales
Primera sesión plenaria de esta legislatura en el Congreso de los Diputados, que ha estrenado el uso de las lenguas cooficiales
Agencias

El Congreso vivió ayer un día histórico con la utilización por primera vez de todas las lenguas que son oficiales en algún ámbito dentro de España. 

Pero como en tantos días históricos lo que se vivió fue un homenaje a la división, a la imposibilidad de una visión común y a una distorsión de la realidad en la que entran en juego el victimismo propio de quienes sufrieron la represión de su lengua durante el franquismo y la situación actual en la que los partidos nacionalistas han tenido toda la capacidad para defender el uso de su lengua incluso a costa del hostigamiento de la lengua común. Una realidad en la que las normas van por un lado, con la ampliación de los hablantes de las lenguas cooficiales en su territorio, y sus disfunciones, con la limitación del uso de la lengua común, sobre todo en las comunidades en las que se habla catalán. Porque da la sensación de que bajo la satisfacción por el uso de los idiomas cooficiales en el Congreso subyace una decisión que favorece sus intereses motivada exclusivamente por la necesidad del PSOE de lograr los votos nacionalistas para que Sánchez pueda ser investido presidente.

El uso de las lenguas cooficiales en el Congreso puede ser visto como un signo de normalidad, pero tampoco había nada anómalo en que se utilizase exclusivamente la lengua común, a la que algunos nacionalistas dan la sensación de despreciar

Llevaba razón el portavoz del PP, Borja Sémper, cuando recordaba que ninguna nación europea ha hecho tanto como España por el respeto y la promoción de la diversidad lingüística. Entre otras razones porque ha dependido de las propias comunidades autónomas con lenguas particulares, que han tenido capacidad para legislar sobre su protección y desarrollo, aunque en ocasiones lo han hecho con desprecio hacia la lengua común, a la que se presenta como una amenaza para la propia, lo que lleva al incumplimiento de las sentencias judiciales, aunque todas la lenguas son tan potentes que es imposible acabar con su libertad de uso, y la convivencia lingüística es lo habitual en la vida diaria.

Utilizando el razonamiento del diputado del PNV Joseba Andoni Agirretxea Urresti para defender el uso de las lenguas cooficiales, que se preguntaba ¿a quién puede perjudicar que cada cual intervenga en su lengua si son lenguas oficiales reconocidas?, ¿a la democracia?, ¿al español?, ¿a la Constitución?, esas preguntas podrían formularse también en sentido contrario, a favor del uso del castellano como lengua única en el Congreso: ¿a quién perjudicaría?, ¿al euskera?, ¿al Estatuto vasco?

Interesante, el discurso del portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, cuando afirmó que, pese a la victoria que suponía la utilización de las lenguas cooficiales en el Congreso, se negaba "como independentista catalán, a que mi cultura y mi lengua requieran de perdedores. Hoy aquí no hay perdedores, como mucho hay ignorantes", dijo Rufián.

El diputado socialista José Ramón Besteiro fue el primero en realizar toda su intervención en gallego al defender una reforma del Reglamento que todavía no se ha aprobado, como denunció el PP. Vox decidió abandonar el hemiciclo, pero tendrá que decidir si se va a ausentar siempre de las sesiones o si ha sido la ‘performance’ del primer día.

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