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Cartas al director de HERALDO: Algo más que una terrible pesadilla

Algo más que una terrible pesadilla
Algo más que una terrible pesadilla
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Algo más que una terrible pesadilla

Ayer tuve una terrible pesadilla: Estaba en casa y me disponía a seguir estudiando lo que más me gusta, la lengua y la literatura, pero mis libros habían desaparecido. Pensé dejar para más tarde la resolución de este misterio y salir a dar un paseo para estirar las piernas. 

Sin embargo, cuando intenté hacerlo, encontré la puerta de mi casa atrancada; ¡alguien había prohibido mi salida! Tal vez si contara con la complicidad de mi padre o mi hermano conseguiría mi propósito… Me puse lo primero que encontré de ropa, unos vaqueros y una camiseta, y me fui a buscar a mi padre. Éste, alarmado, me dijo que de ninguna manera podía salir así a la calle, que debía taparme de la cabeza a los pies. Yo no entendía nada y me disgusté mucho; ¿qué crimen podía haber en querer hacer esas cosas tan sencillas? Pensé que me ayudaría el reunirme un rato con mis amigas, tal vez en la peluquería, donde nos gustaba encontrarnos y charlar. Pero al comentárselo a mi madre también ella con tristeza me dijo que todos los salones de belleza estaban cerrados. A continuación me contó que iba a haber cambios importantes en mi vida: muy pronto estaría casada con un hombre al que ni siquiera conocía. Llena de furia, le dije a mi familia que iba a protestar por todo esto donde hiciera falta. Pero ellos me dejaron muy claro que mi vida corría peligro si me atrevía a hacer algo así públicamente.

Desgraciadamente, esta es la pesadilla a la que se enfrentan las mujeres afganas. Los derechos humanos más básicos les están negados desde que, hace ahora algo más de dos años, el régimen de los talibanes se impusiera en su país. ¿Podemos siquiera imaginar vivir de esa manera? Yo llevo mucho tiempo pensando en cómo ayudarles y sé que es difícil, pero no imposible; esta carta es mi manera de darles voz, ¿cuál es la de ustedes?

Ana Bergua Cavero. ZARAGOZA

Fernando Gurrea

Los padres nunca deberían tener que enterrar a sus hijos, ni los maestros velar por un alumno fallecido. Sin embargo, el proceso contrario sigue siendo uno de los mayores, si no el mayor, pesar al que nos enfrentamos en la vida. Tuve la suerte de tener como profesor a Fernando Gurrea Casamayor, y me gustaría destacar dicha ocupación frente a todas las funciones que se le pueden atribuir: alto funcionario, jurista, amigo, compañero o padre. Recuerdo su emoción al relatar su entrada al servicio de unas Cortes de Aragón recién natas, en tiempos difíciles para la democracia y la descentralización, sus prácticas, donde nos alentaba a la participación, y el momento en el que me impuso la banda en mi graduación. Fernando Gurrea no sólo era un buen docente, sino que además fue un buen maestro. No dudó en recomendar, arriesgando su prestigio, a los alumnos que se lo solicitaron, y en guiar y aconsejar en los momentos más oscuros que vive un joven nada más termina su grado universitario. Muchos lo recordaremos como un buen hombre y un buen maestro. Gracias por todo.

Óscar Ibáñez Vicente. Profesor de la Universidad San Jorge, ZARAGOZA

Lenguas cooficiales en el Congreso

En el Congreso de los Diputados, cuyos 350 integrantes hablan y entienden perfectamente el castellano, única lengua oficial en todo el territorio español al amparo de la Constitución, se ha acordado por el PSOE y sus socios el uso de las lenguas cooficiales. En virtud del citado acuerdo, cuyo coste inicial se estima en más de un millón de euros, los diputados gallegos, catalanes y vascos podrán utilizar su lengua cooficial, los traductores lo traducirán al castellano y las réplicas en castellano serán igualmente traducidas al vascuence, catalán y gallego, a pesar de que los destinatarios de la citada réplica lo habrán entendido perfectamente sin traducción. Este sistema, digno del mejor cómic, es expresivo del desprecio de la clase política hacia los contribuyentes, que consentimos su falta de sensatez al despilfarrar nuestros impuestos. Curiosamente, hace unos días la vicepresidenta del Gobierno acudió a Bruselas para negociar con el Sr. Puigdemont, prófugo de la Justicia. En las fotos no vi traductor alguno: la reunión para acordar la amnistía y el referéndum de autodeterminación fue en castellano y parece que sí fueron capaces de entenderse.

Antonio Cendoya Méndez de Vigo. ZARAGOZA

España, líder en defraudadores

España es uno de los países más defraudadores de la Unión Europea. Se mire donde se mire, allí están la picaresca y la estafa. La política es el mayor punto caliente del desorden económico de este país, le siguen los deportes, con un descontrol descomunal de millones. Los ciudadanos que pagamos estos desastres tendremos tarde o temprano que tomar cartas en el asunto. Hay muchos depredadores en este país que andan a sus anchas, como empresas que están expoliando a los más necesitados, que no pueden llegar a fin de mes. La deshumanización de estas empresas alcanza niveles nunca vistos.

José Sierra Calvo. ZARAGOZA

Cosas veredes

La historia nos proporciona situaciones insólitas, unas positivas y otras negativas, que recordamos como imposible que sucedieran. Sin ir más lejos, acabamos de ver a una vicepresidenta del Gobierno visitando a un fugado de la Justicia, con el que comparte parabienes y sonrisas. Paralelamente, una ministra del Ejército y compañera no sabe si se ha ido en un avión militar. Quizá el viaje haya servido para recibir información de primera mano de un homenaje a Pau Casals organizado en Francia donde concurrieron los presidentes históricos de la Generalitat y del que no consta la música que se interpretó, pero sí los discursos políticos al uso, bendecido todo ello por el abad de Montserrat. Se puede aseverar que estarían presentes miembros de la Asamblea Nacional de Cataluña, esa reunión de amiguetes que dicen representar a toda Cataluña. No es menos sorprendente que un ministro le explique a Felipe González lo que ha sido el auténtico PSOE a lo largo de su historia. Todo esto va concurriendo hacia la palabra mágica actual, amnistía, que curará nuestros males: será el bálsamo de Fierabrás, pero en catalán. Todas las penas carcelarias y deudas monetarias desaparecerán como por encanto. No sucederá lo mismo para el desgraciadillo delincuente que no puede pagar las multas penales y las debe amortizar con días de cárcel. Quizás nos puedan salvar de este desaguisado actitudes como la de Ortega Lara, que después de sufrir 532 días de secuestro tuvo palabras de compasión en la muerte de su carcelero, "sin sentimientos de revancha, descanse en paz". Nunca hay que perder la esperanza.

Francisco Alós Barduzal. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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