Por
  • Carlos Ferrer Benimeli

Relato, imaginario y argumentario

Relato, imaginario y argumentario
Relato, imaginario y argumentario
HERALDO

Relato’, ‘imaginario’ y ‘argumentario’, tres palabras que últimamente han entrado como un huracán, y además íntimamente unidas entre sí, en el discurso socio-político de la élite cultural. Las dos primeras con un significado diferente al que han tenido siempre y la última, un invento de reciente incorporación al diccionario.

Hasta hace poco ‘un’ relato era la narración de un hecho real (histórico) o de ficción (una novela o un cuento). Pero ahora se habla mucho de ‘el relato de’, con un artículo determinado (el) y una preposición de posesión o pertenencia (de) que implican la versión de unos hechos realizada por una persona o un grupo social, a su conveniencia y para elaborar una ideología determinada. ‘El’ relato es ahora una historia parcial, interesada y relativa. Unos cuentan su historia destacando unos hechos y ocultando otros y los ‘contrarios’, a la inversa. Nadie miente del todo (o sí), pero son dos relatos antagónicos.

Durante la historia de la humanidad, todas las guerras han tenido un motivo económico, aunque se libraran en nombre de las grandes palabras: dios, patria, rey,
bandera o raza

Con el relato correspondiente el grupo ya puede elaborar un ‘imaginario colectivo’. Hasta hace poco la palabra ‘imaginario’ era solo un adjetivo (que ‘solo existe en la imaginación’). Ahora ‘el’ imaginario ya es un sustantivo y, en concreto, el ‘imaginario colectivo’ es la "imagen que un grupo social, un país o una época tienen de sí mismos o de algunos de sus rasgos esenciales" (RAE). El imaginario permite construir la identidad y los valores de un grupo social, normalmente ‘frente’ a otros. El imaginario, que resalta unos hechos históricos y olvida otros, procede de un relato mítico del pasado que suele incluir historias inventadas. Aunque el imaginario no siempre responde a cuestiones solemnes. A veces se utiliza para auténticas memeces. Ejemplos de la prensa: Sobre la selección española de fútbol: "Unos jugadores que hace tres días no existían en el imaginario colectivo se revelan como figuras de gran nivel". Tras la caída de una persona al trepar a su casa porque se había dejado las llaves dentro: "Existe un imaginario en la sociedad de que los cerrajeros son caros".

Y una vez que ya tenemos un imaginario colectivo hay que defenderlo. ¿Cómo? Mediante el correspondiente ‘argumentario’, un término de nueva factura y abrazado con entusiasmo por los culturetas. Antes solo teníamos ‘argumento’: "razonamiento que se emplea para probar o demostrar una proposición o para convencer a alguien de aquello que se afirma o niega" (DRAE). Pero ahora ya tenemos el argumentario: "conjunto de argumentos destinados principalmente a defender una opinión política determinada". Es decir que el argumentario ha venido a sustituir, en política, al ideario, a la ideología, al programa, a la doctrina, etc.

Pero ¡ojo! el trío ‘relato, imaginario y argumentario’, en manos de exaltados, fanáticos e idólatras, puede ser altamente peligroso.

Solo hemos avanzado en utilizar un vocabulario más pedante

La ‘historia’, la ‘memoria’ y la ‘ideología’ me parecen unos vocablos y conceptos menos elitistas, aunque también han sido responsables de mucha sangre. Durante la historia de la humanidad, todas las guerras, todas, han tenido un motivo económico, aunque se libraran en nombre de las grandes palabras: dios, patria, rey, bandera o raza. Actualmente lo hacen invocando un relato, una memoria colectiva y un argumentario. Solo hemos avanzado en utilizar un vocabulario más pedante. Ahora estamos padeciendo el ataque de Putin a Ucrania… el granero de Europa. Y por supuesto, Putin tiene su relato de la historia de Rusia y Ucrania, con él ha construido un imaginario del pueblo ruso y, a partir de este, un argumentario para justificar su invasión a Ucrania.

Aunque no hace falta irse al norte de Europa, en España nos sobran ‘los relatos de’ licenciados (y doctores) en Historia y en Filologías varias que se ponen siempre al frente de la manifestación. Quizás fuera conveniente poner el reloj a cero, volver al punto de partida, y que algunos colegas de los anteriores construyesen unos nuevos ‘relatos’ veraces (la verdad existe, oiga) y objetivos. Así se podrían mejorar algunos ‘imaginarios’ y ‘argumentarios’ que están siendo un auténtico cáncer para la convivencia de los ciudadanos. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión