Nos están calentando el agua
Hete aquí que Pedro Sánchez (y seguramente Núñez Feijóo haría lo mismo si pudiese) está vendiendo de nuevo su alma al diablo. Ya mercadea para lograr su investidura con aquellos que subastan su apoyo a cambio de jirones de un Estado del que reniegan.
La cuestión es cómo va a tragarse la ciudadanía estas componendas. La rueda de molino con la que pretenden que comulguemos es de proporciones mayúsculas: desmontar el edificio democrático y social levantado desde 1975. Lo han anunciado las fuerzas centrífugas que se han hecho fuertes en la última década: populistas, independentistas y caudillos de taifas.
Las cesiones de los partidos moderados y de ámbito nacional (PSOE y PP) pueden dar al traste con una España que debe ser entendida como una unidad redistributiva fundada en el principio de solidaridad y que se ha venido conformando durante siglos de convivencia y cultura común.
Para que asumamos las concesiones, los cambios legales a la carta y los cheques en blanco, en la Moncloa prefieren la estrategia de la rana hervida: si quieres cocinar una rana no hay que echarla al cazo con el agua hirviendo porque saltará para no morir escaldada, sino que debes introducirla en agua fría y subir lentamente la temperatura hasta que, sin darse cuenta, acabe cocinada.
Durante las próximas seis semanas, a los ciudadanos nos van a ir convenciendo lentamente de que no hay ninguna rendición a Puigdemont, Bildu o ERC sino ‘diálogo’, ‘desinflamación’ y ‘política progresista’. Así se corroe nuestro orden constitucional.
(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Javier Rueda)
