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Cartas al director de HERALDO: La vida moderna y los viajes en tren

Tren AVE de Renfe
Tren AVE de Renfe
EP

La vida moderna y los viajes en tren

En el pasado viajar en tren permitía conocer personas mientras se contemplaba el paisaje. Eran épocas de despedidas en los andenes y sin control de equipajes. Pero el tren ganó en velocidad, uniéndose distintos actos de terrorismo y el surgimiento de los móviles, cambiando el modelo de viaje. La sociabilidad dejó paso al individualismo. Es el mismo camino que llevamos en la mayoría de las actividades sociales. Las prisas, el estrés se imponen en nuestros días. Los bienes y servicios no dejan de incrementar los precios, en particular los alimentos. Vivimos a velocidad de AVE, pero con economías insuficientes. Somos ‘modernos’ en el uso de dispositivos, pero nos hemos olvidado del necesario contacto físico con el congénere. Seguramente estamos aprendiendo que los avances en comunicación pueden y deben tener un sentido distinto al actual. Nos hemos olvidado de conversar de forma positiva. Intercambiar ideas y pensamientos siempre ha sido determinante para la humanidad. El individualismo solo deteriora las relaciones sociales. Lo estamos viendo con el aumento de enfermedades mentales. El AVE o los móviles no son los responsables de este deterioro. Somos las personas quienes hemos desertado de la sociabilidad. Siempre que se pueda, hay que intentar hablar con la persona que está a nuestro lado, es el camino para corregir la actual falta de relaciones. La cordialidad debería convivir con las innovaciones tecnológicas. El ser humano nos caracterizamos por la imitación, pero también por esperar que sea el otro quien dé el primer paso. Demos paso a la sociabilidad, dejando de lado el individualismo y el radicalismo. Podemos y debemos crear una sociedad de relaciones humanas físicas. El aislamiento social nos conduce a incrementar el otro mal social llamado soledad no deseada.

Pedro Marín Usón Zaragoza

¡Vivan las fiestas de los pueblos!

Las fiestas de los pueblos que se celebran a mitad de agosto en muchos de ellos en España son como el colofón de la vacaciones, por eso hay que aprovecharlas lo máximo posible. Los pueblos que a partir de septiembre vuelven a su normalidad, tristemente vacía, se multiplican ahora por tres o cuatro, pues quien más quien menos tiene su casa allí o la de algún allegado. Y es muy interesante ver cómo el pueblo recobra más vitalidad y energía por unos días. Las fiestas son una buena excusa para reencontrarse con familia que no veías hace tiempo o amigos de toda la vida con los que coincides en ese momento. Es una ocasión para convivir, divertirse y disfrutar con alegría de los momentos dulces de la vida. Las peñas ponen el color, las charangas, la música, los encierros, la emoción y la gente en general da contenido a todos esos actos programados en fiestas. Yo disfruto de ellas en Ibdes (Zaragoza), mi pueblo, donde veneramos a San Roque y a la Virgen de San Daniel. ¡Vivan los pueblos, sus fiestas y su gente!

Luis Solanas Cebolla Zaragoza

Seamos honrados

Hay personas que son honradas y, por ello, si les dan de más en el cambio cuando pagan por la compra de algo lo devuelven. Otras personas, si encuentran una cartera perdida, la entregan al dueño, si está en ella la dirección y si no, la entregan a la Policía. Y se pueden citar más casos positivos de honradez. Y claro, al decir popular, "de todo hay en la viña del Señor". Para algunos la honradez es la preocupación de no hacer nada delictivo de lo que pudieran quedar pruebas. La capacidad de mirar con sinceridad en el fondo de nuestro propio ser y reconocer lo bueno y lo malo que encontramos allí es una de las más ricas fuentes de energía humana. Así no nos dejaremos conducir por los demás hombres, y menos por los políticos. Y actuaremos en las circunstancias de la vida ordinaria según nuestra honradez, sin ningún miedo, aceptando todo lo que nos suceda, alegre o triste. Y así caminaremos por la vida con la cabeza bien alta. A un conocido mío, hombre bueno y honrado, le preguntaron en una ocasión de qué región era, y contestó: de Aragón. ¡Ah!, le dijo el que le había preguntado, así que hombre terco y rudo, ¿eh? Y mi amigo contestó: "En cierto modo, señor: terco para mantener aquello que es de razón mantener, lo que es de ley, y luchar por lo mejor. Rudo para soportar el trabajo y el dolor, y defenderse de quienes pretendan manchar su honor". ¡Ahí queda eso, barbero!, que diría un castizo. Dicen que en la vida sólo lo que se hace con honradez y bondad está bien hecho, los demás… que piensen lo que quieran, el hombre bueno y honrado irá por la vida firme y sin acobardarse por lo que digan los demás.

Teófilo Marco Estella El Grado (Huesca)

Al rico helado

Uno de los mejores aliados que tenemos para aliviar las altas temperaturas del verano, aunque sea de manera provisional, es la ingesta de helados. Son un lujo para nuestro paladar –independientemente del número de calorías– y podemos encontrarlos con los sabores clásicos, de toda la vida, o con los polémicos, que unos aman y otros odian, pero que van ganando preferencias. Ahora se consumen durante las cuatro épocas del año, aunque en primavera y verano alcanzan las más elevadas cifras de ventas, ya que nadie puede resistirse a ellos. Entre los gustos más solicitados se encuentran los de dulce de leche, banana, pistacho, chocolate solo, amargo, o con almendras, vainilla, café, yogur, frutas como naranja, fresa o limón y un sinfín de especialidades más, siendo el mejor el que más le guste a cada uno, indiscutiblemente. ¡Que aprovechen!

Diego Sánchez Bolsa Zaragoza

Sanidad masificada

Me quedo estupefacta cuando me cuenta una amiga del pueblo que ha ido a Zaragoza a la Seguridad Social y con 61 años no la atiende el endocrino. La Seguridad Social se creó para atender a la población trabajadora, que tiene que cotizar 42 años para cobrar 600 euros en el campo, que somos los que damos de comer a las ciudades con el sudor de la frente. Las mujeres a partir de los cincuenta años ya no estamos en edad de ‘producir’ hijos y ya no contamos ni para algunos médicos. Cuando vamos a la Seguridad Social, ¿qué es eso de ir acompañadas?, ¿somos retrasadas o qué? Y no les digas que ese medicamento de bajo coste, o sea genérico, te sienta mal: está en el Vademecum, libro emitido por los laboratorios. ¡Cómo no nos vamos a ir a Montecanal, a Montpellier o a Quirón a pagar! Si el sistema está masificado, pues que pongan más recursos, ya que por las puertas de atrás entran y salen los privilegiados, sin listas de espera. A mi marido le descuentan 700 euros de la pensión con 45 años cotizados; y de mi pensión no hablo, ni de mis trabajos basura.

Helena Zapata Utebo (Zaragoza)

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