Carreteras del Pirineo

Moverse por las carreteras del Pirineo aragonés no resulta ni cómodo ni seguro.
Moverse por las carreteras del Pirineo aragonés no resulta ni cómodo ni seguro.
Rafael Gobantes

También todos los veranos hablamos del tema recurrente de nuestras carreteras del alto Aragón. 

Y no sólo de esos tramos de autovía que duermen el sueño de los justos y dejan aislada buena parte de la provincia de Huesca por la falta de fluidez en sus comunicaciones interrumpidas y producen interminables atascos, sino por la tardanza inexplicable (y nunca explicada) en terminar pequeños tramos para completar trayectos que ofrezcan entre otras cosas seguridad en los desplazamientos. Huesca-Lérida, Jaca-Pamplona y Huesca-Jaca son ejemplos del desastre de gestión que arrastran algunos de los ejes principales que deberían vertebrar el Alto Aragón y que siempre han sufrido las interrupciones presupuestarias, los fracasos de algunas constructoras, las obstrucciones administrativas y la falta de empuje de las autoridades, siempre conformes con que Aragón se sitúe en la cola de las inversiones pendientes.

Los lentos avances que se observan en algunos de los tramos o la falta absoluta de actividad en los mismos son un indicio de que la terminación de las obras en estas infraestructuras esenciales no figura siquiera en los calendarios y presupuestos de los gestores y constructores; y no se trata solamente de cuestiones técnicas, de proyecto, de impactos ambientales… es también un asunto de falta total de voluntad política y de resignado conformismo de nuestras administraciones, incapaces de levantar la voz y reivindicar enérgicamente el fin de unas obras que acumulan años y años de retraso.

Pero no sólo se trata de estas obras principales; quien haya viajado esta temporada por el Pirineo aragonés habrá tenido ocasión de comprobar el estado de esas otras carreteras secundarias que forman la capilaridad de las comunicaciones y los accesos a localidades y valles: no voy a enumerar aquí las vías y tramos a los que me estoy refiriendo, pues el buen viajero ya se los sabe y los conoce y se dispone a sufrirlos año tras año sin apenas apreciar mejoras ni en arcenes, zonas de cruces, señalización…

Tampoco se trata de construir nuevas vías de comunicación de alta capacidad; para eso ya está el Estado con toda su lentitud y con los fondos que deben destinar a estas obras los Presupuestos Generales del Estado, que esa es otra; se trata de que los equipos y presupuestos de la Comunidad autónoma atiendan lo que a veces son simples pequeñas mejoras en la red capilar de carreteras, mucha de la cual es competencia de nuestra Comunidad.

Conseguir atraer al Pirineo un turismo de todo el año, con las ventajas de estabilidad económica y empleo que supone para unas comarcas que lo necesitan como elemento básico de subsistencia no sólo es una asunto que compete a la iniciativa empresarial, que ofrezca atractivos y servicios; apela también a la diligencia e iniciativa de las administraciones públicas, cuya misión es preparar y mejorar las infraestructuras de acceso permitiendo de esta forma el aprovechamiento que una privilegiada naturaleza ofrece a quien la quiere disfrutar. Con comodidad y seguridad.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión