Bueno, pues vamos superando etapas en este verano político tan ‘sui generis’, tan especial. 

Ya tenemos detrás la investidura y la formación de gobierno en Aragón. Que nos ha costado lo suyo, ¡eh! Han tenido que pasar creo que son 76 días desde las elecciones del 28 de mayo hasta que, el pasado sábado, tomaron posesión de sus sillones los nuevos consejeros.

Pero todavía tenemos pendiente la investidura y la formación de un gobierno para España. Y si lo de aquí ha sido largo y parece que bastante complicado, esto otro puede ser una desesperación, como perderse en un laberinto más intrincado que el famoso de Creta. Y en este no hay, que se sepa, hilo de Ariadna, pero sí un Minotauro, aunque viva en Waterloo.

Tendremos que armarnos de paciencia, y es posible que muchos ciudadanos prefieran, sencillamente, ‘desconectar’, ¡y que se entiendan los políticos si es que pueden! O si es que quieren.

La primera meta volante, o la primera revuelta del laberinto, será este jueves, cuando se constituirán el Congreso de los Diputados y el Senado. Que, por cierto, no creo que jamás se hayan reunido en estas fechas, en pleno puente de agosto; salvo, tal vez, habría que mirarlo en el archivo, en aquella primigenia legislatura nacida de las primeras elecciones democráticas, que fueron en 1977 un 15 de junio. ¡Qué lejos estamos del candor y de las ilusiones de aquel momento! Y qué lejos están sobre todo los políticos de hoy de los de entonces. Más vale que crucemos los dedos.