Culebrones de verano

El lago Ness era la casa de la más famosa de las 'serpientes de verano'.
El lago Ness era la casa de la más famosa de las 'serpientes de verano'.
Alana Jordan / Pixabay

En otros tiempos, cuando los veranos eran largos, cálidos y plácidos, incluso familiares, apenas se producían noticias destacadas. La gente desconectaba, se olvidaba del trajín de cada día y descansaba desde la salida del sol hasta el ocaso. 

Los periódicos y los noticiarios no podían ofrecer asuntos de interés y fue entonces cuando se inventaron las ‘serpientes de verano’ para sacar de su letargo a las gentes que estaban de vacaciones. Solían ser noticias inocentes, por lo general amables y divertidas, y no alteraban el descanso veraniego de la gran clase media española. Pero ese feliz tiempo ha terminado. Ahora las serpientes se han convertido en gigantescas culebras, es decir, en culebrones, noticias a las que la Real Academia pone los calificativos de insólitas, lacrimógenas y tremendamente largas.

No sé si podríamos vivir hoy los veraneantes, ávidos como estamos de digerir a toda prisa noticias y noticias en nuestros medios digitales, sin la compañía de esos culebrones que nos amenizan o nos destrozan el ocio vacacional; pero les pondré algunos ejemplos de eso que, al menos yo, llamo culebrones del verano. ¿No les parece un buen culebrón esta espera desesperada de tener un gobierno como Dios manda? Nunca vimos cosa igual. Y, ¿qué me dicen del eterno e insoportable caso de esos individuos que se llaman Mbpappé y Dembelé, gentes del mundo del pelotón que viven rodeados de millones y millones, de los que todo el mundo quiere sacar tajada y que nos dan la barrila horas y horas con sus fichajes? Es para no descansar.

Y ¿qué decir de ese bárbaro asesinato de Tailandia, donde al parecer todo un doctor colombiano ha sido troceado en catorce piezas y del que los programas de la televisión entran en todo tipo de detalles descriptivos? ¿No son, acaso, culebrones insólitos, lacrimógenos y de larga duración?

¿Qué les voy a decir de Mr. Donald Trump, yendo y viniendo a y de Washington para ver cómo elude la Justicia? Culebrón donde los haya. No menos interesante, ya que estamos en América, es el nuevo mundo rosa secuela de esa muñeca Barbie que ha soliviantado al mundo y ha hecho que se fabriquen ataúdes lacados de un rosa insufrible.

¿Y las tretas de las compañías aéreas ‘low cost’? ¡Vaya mentira! ¿Y los precios disparatados de hoteles, apartamentos, restaurantes, cañas y gintonics?

¿Ven cómo ahora los veranos son mucho más agitados que aquellos de nuestra infancia feliz y afortunadamente ignorante y alejada de noticias desagradables? Porque los culebrones tienen una clara intencionalidad, que no es otra que amargarnos el verano.

No presten atención a estas nuevas serpientes de verano, vivan unos días felices. Piensen en esa Arcadia feliz y pastoril que glosaban los poetas antiguos, disfruten de los atardeceres lánguidos y de los amaneceres frescos. Sobre esta tierra seguirá saliendo el sol todos los días. Y, por fortuna, los culebrones se irán acabando con el verano.

Aunque es probable que con el otoño vengan otros nuevos.

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