Por
  • Juan Domínguez Lasierra

Más palabras

Ficheros que emplea la Academia en la elaboración del Diccionario.
Ficheros que emplea la Academia en la elaboración del Diccionario.
José Miguel Marco

Pues ya tenemos otro palabrejo más que emplear, ‘edadismo’, que la Real Academia Española define como «discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas».

 ¡Vaya por Dios, como si no estuviéramos ya bastante discriminados los viejos ahora se inventan otro palabro para asegurarlo! Muy mal por la RAE, que podría haberse dedicado a buscar otro palabrejo para alegrar a la viejuz en vez de reafirmar que somos un cero a la izquierda, y a la derecha, porque también. En vez de eso, hala, a formalizar académicamente, nuestra discriminación…

El caso es que la RAE ha presentado las novedades de su Diccionario y entre los nuevos términos se encuentran ‘conspiranoico’, ‘obsolescencia programada’, ‘videojugador’, ‘micromachismo’, ‘ruralizar’ o una nueva acepción para ‘brecha’ como «diferencia o distancia entre situaciones, cosas o grupos de personas, especialmente por la falta de unión o cohesión». También se han revisado y modificado las definiciones de discapacidad y de racismo. La actualización continúa el camino hacia la 24.ª edición de la obra que se publicará en 2026, coincidiendo con el tercer centenario del primerizo ‘Diccionario de autoridades’ (1726-1739).

En esta versión pueden encontrarse incorporaciones relativas al ámbito tecnológico como ‘macrodatos’, ‘puntocom’, ‘videojugador’ o las expresiones ‘comercio electrónico’, ‘minería de datos’, ‘obsolescencia programada’ o ‘vida útil’. Con terminología procedente del mundo gastronómico se suman ‘panetone’ y ‘panetón’, nuevas acepciones de ‘sancocho’, en referencia al guiso canario, y ‘compango’, en alusión al conjunto de ingredientes con que se elaboran la fabada y algunos cocidos. De las ciencias naturales, voces zoológicas como ‘dingo’, ‘facóquero’ y ‘mantarraya’, y del ámbito de la medicina, ‘cortisol’, ‘hiperinmune’, ‘lidocaína’ o ‘monodosis’.

Otras palabras que aparecen en la actualización son ‘micromecenazgo’, ‘microplástico’, ‘manguito’, ‘cuarentañero’; expresiones del habla coloquial como ‘copiota’, ‘gusa’ o ‘habemus’, y las literarias ‘garciamarquiano’ y ‘cortazariano’. No hace falta que les diga que garciamarquiamo se refiere al autor de Macondo, y que cortazariano al de ‘Rayuela’.

No es cuestión de quejarse de la labor de la Real Academia en limpiar, fijar y dar esplendor a nuestra lengua, aunque a veces resulte algo permisiva en la admisión de vocablos muy a la moda, que duran tres telediarios, y en el caso contrario, lo que les cuesta aceptar palabras que se usan hace decenios. Por ejemplo, hemos empleado más arriba el vocablo ‘viejuz’ y si acudes a la RAE te remite a la palabra ‘viejo/vieja’. Pero viejuz tiene un significado que va más allá. Es la condición de lo viejo, que puede servir igualmente para designar algo nuevo, pero que ha perdido toda significación. Como les pasa a tantos términos del Diccionario que si respondieron en un momento a una moda, la moda ha pasado y con ella la propia palabra. Limpiar, fijar y dar esplendor, pero también descargar a un Diccionario de lo que ha quedado complemente obsoleto. No sé si ese ‘edadismo’ tendrá gran fortuna.

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