Con la firma y la difusión del acuerdo de coalición entre el PP y Vox queda despejado el camino para la investidura de Jorge Azcón, que se producirá la semana que viene.

 Todo indica que Azcón afianza así la estabilidad tanto del gobierno autonómico como de otras instituciones, incluido el Ayuntamiento de Zaragoza. La Comunidad, que necesita tener cuanto antes el impulso de un Ejecutivo trabajando en plenitud de competencias, se dispone a comenzar un nuevo ciclo político en consonancia con el voto de los ciudadanos.

El acuerdo -firmado, en ausencia del propio Azcón, por Ana Alós y Alejandro Nolasco- señala como principios rectores la defensa de la libertad, el desarrollo socioeconómico, la cohesión territorial y la mejora de los servicios públicos. El programa que se desprende de sus 80 apartados recoge aspectos comunes a las propuestas de ambos partidos, como las rebajas fiscales. Menciona la violencia intrafamiliar, pero también subraya el repudio a la violencia machista y la obligación de proteger a las mujeres. El nuevo Gobierno mantendrá el Instituto Aragonés de la Mujer. Se excluyen los trasvases y se apuesta por el desarrollo de las obras hidráulicas de regulación. Incluye medidas que, como la derogación de la Ley de Memoria Democrática o la reforma de la ‘ley trans’, supondrán un giro respecto a la etapa política anterior. Vox desempeñará dos carteras, una de ellas ligada a la vicepresidencia segunda, pero probablemente el detalle de las competencias concretas se equilibrará en función del socio principal de la coalición, que claramente es el PP. La voluntad expresada por los firmantes es la de formar un Gobierno estable y fuerte, que vele por la igualdad de los aragoneses dentro de España. Y que en todo caso tendrá que abordar los importantes desafíos que esperan a la Comunidad y que, por tanto, debe ponerse manos a la obra en cuanto tome posesión.