Un pacto con expectación

El acuerdo se firmó ante un nutrido grupo de informadores.
El acuerdo se firmó ante un nutrido grupo de informadores.
Guillermo Mestre

Igual me equivoco, porque la memoria es traicionera, pero tengo la impresión de que la formación de un gobierno en Aragón nunca había despertado tanta expectación en la prensa de ámbito nacional como ahora. 

A decir verdad, ya lo sabemos, las cosas de Aragón rara vez tienen repercusión en los medios de comunicación nacionales, como no haya tragedia gorda de por medio. Pero esta vez sí había interés, había incluso morbo por ver en qué paraba aquí esa relación de atracción y repulsión simultáneas entre el PP y Vox, ese ‘ni contigo ni sin ti’ al que parece que están jugando, ya desde hace años, los dos partidos.

Al final ha habido acuerdo, como era de esperar. Con el voto en contra de los siete diputados de Vox Jorge Azcón no hubiera podido ser presidente, y los aragoneses hubiéramos tenido que volver a votar. Así que el PP, claro ganador de las elecciones, tenía que entenderse sí o sí con los voxistas. Que al final no han conseguido un mal acuerdo: se llevan una vicepresidencia del gobierno y otra consejería, además de la presidencia de las Cortes, que fue un pago adelantado. Para Azcón, es posible que el precio pagado, aunque no es barato, tampoco sea excesivo. Quizás para valorarlo habrá que esperar a la definición del reparto de competencias entre consejerías. Y a ver cómo se desarrolla el día a día del gabinete. Si los de Vox dan más o menos dolores de cabeza, o si se portan bien unos y otros y procuran que la máquina de gobernar funcione sin dar chirridos.

De momento, Azcón está a punto de conquistar su baronía.

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