El Gobierno aragonés deberá pagar 4,1 millones de euros al Ayuntamiento de Zaragoza por el uso de los antiguos juzgados de la plaza del Pilar. El Tribunal Supremo no admitió el recurso presentado por la DGA contra la sentencia que obligaba a pagar al Ayuntamiento por la utilización del edificio, que hoy en día se usa para un fin diferente del que motivó la cesión gratuita. El consistorio lo cedió a Justicia para la instalación de los juzgados de la ciudad. Cuando estos fueron trasladados a la Expo, se ubicó allí el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales de la DGA.

Se aclara así la propiedad del edificio y se cierran las diferencias entre las dos administraciones. La DGA encontró en la plaza del Pilar una buena ubicación para un departamento con una importante atención al público. Sin embargo, lo mejor hubiera sido llevar ese departamento a otro lugar y reservar esa infraestructura tan céntrica para usos culturales municipales.

Hubiera sido un magnífico espacio para exposiciones y eventos culturales, así como para la atención de visitantes. Teniendo en cuenta que prácticamente todos los que vienen a conocer Zaragoza confluyen en la plaza del Pilar, ese espacio cumpliría con todas las condiciones, que difícilmente se alcanzarían en un lugar más alejado. Se perdió el recuperar los antiguos juzgados para objetivos culturales de carácter municipal.

Además, eso hubiera hecho posible desplazar a ese nuevo espacio las exposiciones que acoge la Lonja actualmente. La Lonja es mucho más que un gran edificio que alberga una sala de exposiciones. Ella misma es un reclamo para recordar todo el renacimiento en Aragón y, también, para sentir pena por tantos palacios y monumentos que, junto al patrimonio religioso, se perdieron en la Guerra de la Independencia. Otros desaparecieron a causa de la piqueta incívica y la política desastrosa de quienes decidieron en el urbanismo zaragozano.

La Lonja zaragozana fue construida entre 1541 y 1551. Es la última de las grandes lonjas de las ciudades de la Corona –Barcelona, Palma de Mallorca y Valencia– y en su construcción se quiso superar a las anteriores. Ha sido definido como el edificio plenamente renacentista más importante de Aragón. Por eso, a la Lonja zaragozana no le añaden nada las exposiciones que se organizan, con todo mi respeto para los artistas que por allí han pasado.