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Cartas al director de HERALDO: Dos años en la lista del dolor

Listas de espera quirúrgicas Aragón
Preparativos para una operación quirúrgica
Oliver Duch

Dos años en la lista del dolor

¿Recuerdan el dolor que han llegado a sufrir cuando por ejemplo se golpean el codo? Imagínense que este terrible dolor se prolongara dos años y medio. Tienes que elegir entre el dolor permanente o una droga que te priva de razonar con normalidad y hace que te cueste recordar cosas. Incluso te repercute a la hora de comunicarte. Jamás alguien debería tener que elegir entre el dolor y una solución tan drástica de sedación, menos aún cuando la solución está a su alcance y es su derecho como ser humano. Este es el caso de mi padre. Tiene 56 años de los cuales lleva en lista de espera más de dos. Padeciendo una lumbociática, un pinzamiento de los nervios de la columna que le sume en un dolor incontrolable, permanente y punzante. Ha perdido dos años de su vida por la mala gestión de lo público de unos pocos. 26 meses de dolor, tanto físico como mental, que le están sumiendo en una nube de desesperanza. No puede ser que estas situaciones se alarguen tanto, es inhumano y atenta contra los derechos básicos de los ciudadanos. Lo peor es que antes las listas de espera eran públicas y de libre acceso. Ahora son inaccesibles. Las ocultan por vergüenza, lo cual produce aún más vergüenza. Antes sentías algo de alivio al ver cómo avanzabas en la lista: "Ya queda menos", decíamos. Hubo un momento en el que esa lista de espera no avanzó, se estancó. Pasaban meses y apenas bajabas 3-4 puestos, de cientos de personas en lista. Es necesario un pacto de Estado que blinde la sanidad pública. Y no sólo eso, que la dote de más personal y mejores condiciones laborales. Los quirófanos tienen que trabajar 24 horas al día. Se deben habilitar nuevos quirófanos e incorporar más personal cualificado. Se debe hacer lo posible y lo imposible por reducir esta eterna lista del dolor a un mínimo de decencia y humanidad.

Daniel Miguel Brito ZARAGOZA

¡Los ciudadanos primero!

En la última década se ha instrumentalizado la división izquierda-derecha con el ánimo de reclutar fácilmente votantes. ¡Divide y vencerás! Se han utilizado antiguas heridas, miedos, mentiras y viejas rencillas para presentarle al ciudadano un panorama absurdo y pasado de moda. La España del siglo XXI en política vive de miedos que ya no son actuales, de emociones irreales que hacen saltar las alarmas y de medias verdades. Esto se llama manipulación. Por otra parte, muchos de los pequeños partidos utilizan la política para lograr beneficios, inadecuados y egoístas, solo para su endogrupo y no para la sociedad entera. La dedocracia de las listas menos votadas y las exigencias de sus líderes resulta vergonzosa en un país democrático donde la política no debería estar hecha solo para unos pocos sino para todos los ciudadanos. España debe tener un gobierno global de las listas más votadas y no satisfacer caprichos y sueños de grandeza de unos pocos. PSOE y PP deberían recordar que están en política para gestionar España y resolver la situación de los ciudadanos, relegando a un segundo plano su ventaja personal o de partido. Ni izquierdas ni derechas en el siglo XXI son suficiente excusa para eludir el compromiso del PP y el PSOE para formar un gobierno de consenso. Debería quedar claro, ¡los ciudadanos primero!

Cristina Sande Cecchi ZARAGOZA

Almendras amargas

Echando un vistazo a la biografía de Esperanza Aguirre ves que ha tenido una vida política densa y compleja, llena de sobresaltos. Ha girado en torno a la Comunidad de Madrid y salpicada con financiaciones ilegales, desvío de fondos en la operación Lezo, lucha encarnizada por trepar en las listas (en esto no se diferencia de los demás), manipulación informativa y económica de Telemadrid, espionaje, implicaciones en el caso Gürtel, financiación ilegal en la campaña electoral del 2003-2004, ‘el Tamayazo’, enriquecimiento de su familia política por recalificación de terrenos, huida durante una multa de tráfico y, por si fuera poco, sus declaraciones nunca están exentas de polémica. Como las que hizo a raíz de los resultados del 23-J, teniendo la desfachatez de decir que al PSOE no se le había descalificado lo suficiente y por esa razón nos veíamos abocados a un gobierno Frankenstein y dirigidos por un presidente que protege a asesinos e independentistas. Son descalificaciones en grado superlativo, ejerciendo un proselitismo atroz y deleznable entre la militancia de su partido que luego esta repite incansablemente. Con todos mis respetos, está obsoleta y estas armas están en desuso. Que deje paso y se eche a un lado por el bien de su partido, de la sociedad, y que vengan otros. Como decía Larra: "Hombres nuevos para cosas nuevas", y también mujeres, desde luego. En esta campaña los líderes han tenido un comportamiento aceptable, salvo algún exabrupto como un eslogan que ha sido un claro ejemplo de ignominia política. Nos hemos quedado con la incertidumbre de los resultados, los sanchistas pueden ganar a los quijotescos en el Parlamento, pagando un peaje caro, aunque ya saben los independentistas que no les interesa dar la vuelta a la tortilla. Si Sánchez no acepta sus pretensiones le puede servir de tarjeta de presentación en las elecciones navideñas; y al PP, si no cambia de estrategia, le pueden llegar los turrones con almendras amargas.

Mariano Aguas Jáuregui ZARAGOZA

Un sueño convertido en pesadilla

Recorrer 200 km para ver a tu cantante preferido, Romeo Santos. 19.45 h, todo empieza con una fila interminable bajo el sol. Ni siquiera hay donde comprar algo para beber. Una vez dentro del recinto, con 9.000 asistentes, solo una persona para vender los tiques que necesitas para ese botellín de agua ‘fría’ con el que llevas soñando desde que has empezado a hacer cola. Esto supone otras dos horas de espera bajo el sol, gente desmayándose, colándose, etc. 21.50, empieza el concierto y estás en mitad del recinto haciendo una fila que no avanza, medio mareada. No puedes disfrutar de ese momento con el que llevas soñando desde que compraste las entradas. Dos horas después, ya tienes los tiques, pides el tan ansiado botellín y está caliente. Lo dejas pasar y decides que es buen momento, las once de la noche, para empezar a disfrutar del concierto. Bueno, de los 45 minutos que quedan. Y lo haces como buenamente puedes, intentando dejar a un lado el golpe de calor. Enseguida termina el concierto y la pesadilla continúa. Una única salida y coches parados por todos lados. Dos horas buscando la manera de salir. En mitad de la carretera, intentando coger un taxi mientras nos jugamos la vida porque no hay luces, ni personal suficiente para gestionar este caos. Por fin, tienes suerte y te para un taxi. Llegas al hotel y eres consciente del increíble directo de Romeo. Una pena, no haberte dado cuenta antes. ¡Enhorabuena, Romeo!

Paula Martínez Asiain PAMPLONA

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