No sería pequeña victoria

Alberto Núñez Feijóo, en el momento de depositar su voto el pasado 23 de julio.
Alberto Núñez Feijóo, en el momento de depositar su voto el pasado 23 de julio.
Juan Medina / Reuters

Feijóo le ha escrito a Sánchez pidiéndole una reunión e insistiendo en que los socialistas deberían permitirle ser presidente porque el PP ha ganado las elecciones.

Sánchez prefiere dejar la cita para más adelante, pero en todo caso, si Feijóo quiere tener alguna posibilidad, aunque sea minúscula, de que el PSOE se abstenga y deje paso a su investidura y, sobre todo, si quiere convencer a los españoles de que él, a diferencia de Sánchez, sí puede presidir un gobierno que represente a la gran mayoría de los ciudadanos y les transmita ilusión y esperanza, al líder popular no le basta con pedir, también tendrá que ofrecer algo.

 Tendrá que empezar a demostrar, antes de la investidura, que es capaz de tender un puente entre la derecha y la izquierda. En primer lugar, debería olvidarse de Vox. Entre otras cosas, porque no lo necesita, al menos no para la gobernación de España. Porque si el PSOE se abstuviese, como le solicita, nadie podría poner en su contra más de los 137 votos a su favor con los que ya cuenta el PP. En segundo lugar, debería presentar un proyecto para España durante los próximos cuatro años que pudiera tener muy amplio respaldo en la sociedad. Respetando lo que pueda haber de válido en la gestión del gobierno saliente y aproximando el programa popular al socialista, porque es de esa aproximación de donde pueden surgir los acuerdos. 

No basta con invocar un pacto de Estado para esto y un pacto de Estado para aquello, tiene que dibujar los carriles por los que puedan circular esos pactos, que no podrían ser exclusivos de las ideas y proyectos del PP, sino que deberían incorporar en alguna medida las aspiraciones de aquellos votantes a los que representa el partido al que le solicita la abstención. 

No es fácil, pero si Feijóo sigue anclado en la mera derogación del sanchismo, no solo perderá la escasa opción de investidura que pudiera tener, sino que desperdiciará una oportunidad. En cambio, si acierta a construir un discurso que desborde la política de bloques, es muy posible que aun así pierda la investidura, pero se habrá ganado la confianza y el respeto de muchos españoles. No sería pequeña victoria.

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