Modernizar el sector turístico
Termina un mes de julio que ha sido irregular para el turismo aragonés. Aunque siempre es más reducida la presencia de viajeros en la primera parte del verano, este año se ha visto singularmente afectada por la cita electoral del 23-J.
Los empresarios confían en un progresiva mejora a partir de ahora, aunque temen el impacto de la elevada inflación, que siempre induce a reducir el gasto privado. Sea como fuere, se esperan buenas cifras en agosto, que pueden ser similares a las del año pasado, pero lejos del récord registrado en 2021, cuando la salida de la pandemia llevó a muchas personas a buscar los espacios naturales en un contexto de prudencia en el que todavía había miedo a viajar fuera del país y a aglomerarse en la playa. Tras superar los vaivenes del covid, el reto es modernizar y adecuar un sector que puede contribuir aún más al crecimiento de la economía aragonesa.
La progresiva estabilización del turismo en Aragón debe ser aprovechada para abordar los problemas a medio y largo plazo de un sector cada día más relevante para muchas comarcas aragonesas. Desde hace años, tanto las empresas como las autoridades han defendido la necesidad de apostar por la mejora de la calidad, por la sostenibilidad de la oferta y por hacerlo menos vulnerable a los vaivenes de la demanda. Aunque en Aragón hay pocos problemas de aglomeraciones, excepto en algunos enclaves del Pirineo, es necesario adoptar estrategias preventivas que permitan armonizar mejor la atención a los visitantes con el respeto a la tranquilidad de los vecinos, la protección del patrimonio cultural y la sostenibilidad del medio ambiente. Cuanto más se avance en la mejora de la gestión del turismo en Aragón y en el conjunto de España, más se progresará en la riqueza que proporciona, tanto en el presente como en el futuro.
