Pacientes de covid persistente
En Aragón, como en el resto de España y en tantos lugares del mundo, los ciudadanos van dejando atrás el recuerdo de la pandemia que tan dolorosas consecuencias ha tenido.
Pero al superar esa etapa, que podemos dar por concluida, no debemos olvidarnos de las muchas personas que todavía padecen las secuelas del virus en lo que se ha llamado covid persistente o de larga duración. Es necesario que el sistema sanitario les preste la atención adecuada y que cuenten con los apoyos sociales que les hacen falta.
Han pasado tres años y medio desde que se declaró la pandemia y un par de meses desde que se levantó la última obligación de usar mascarillas. La pesadilla ha terminado, como certifica la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, hay, contando solo los casos de Aragón, unos 1.600 conciudadanos que todavía sufren la enfermedad, porque el virus, por procesos no bien conocidos, está menoscabando su salud de manera permanente. Algunos llevan tres años padeciendo secuelas de la covid y aún ven afectada su vida cotidiana por síntomas físicos y psicológicos que hacen que les sea imposible recuperar la normalidad. Casi uno de cada diez pacientes de covid persistente ha perdido su trabajo y solo un 15% lo desarrolla sin trabas. Hace falta un esfuerzo de colaboración nacional e internacional para investigar las causas y los posibles remedios de esta forma insidiosa de la covid. Pero entre tanto, la Administración, en sus diversos departamentos, debería hacer todo lo posible para facilitar el día a día de estos pacientes, proporcionarles las ayudas sociales que necesitan y favorecer su inserción laboral, además de darles los mejores cuidados médicos. Queremos superar una etapa dramática que ha causado un inmenso dolor, pero no debemos hacerlo dejando atrás a estas personas que todavía la sufren. Es responsabilidad de las autoridades prestarles apoyo, y de toda la sociedad aragonesa, reclamarlo.
