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Cartas al director de HERALDO: ‘Barbie’ y las dos esferas del mundo

Margot Robbie y Ryan Gosling, caracterizados como Barbie y Ken en 'Barbie'.
Margot Robbie y Ryan Gosling, caracterizados como Barbie y Ken en 'Barbie'.
H. A.

‘Barbie’ y las dos esferas del mundo

El sábado de la semana pasada fui al cine a ver ‘Barbie’, la película dirigida por Greta Gerwig, y me pareció deliciosa. En cuanto al contenido, la película aborda muchos lugares comunes: el patriarcado, la presión que sufre la mujer por ser perfecta, la necesidad de que la mujer piense en grande para poder ser lo que quiera, etc. 

Sobre estos temas, considero que un público adulto tiene criterio suficiente para disfrutar de una película como esta y luego opinar lo que quiera. Sin embargo, el relato de la película me ha hecho pensar sobre el feminismo. El discurso actual es que a la mujer todavía le cuesta igualar al hombre y poder ocupar las altas esferas de poder de la sociedad sin lastres que la detengan en esa carrera profesional tan impresionante y necesaria. Simplificando esta visión, podríamos decir que la mujer ha sido a lo largo de los siglos la reina de la esfera familiar y el hombre, el rey de la laboral. Sin embargo, ¿es más importante la segunda que la primera? Según mi criterio, la primera, la familiar, es sin duda mucho más importante y trascendente que la segunda. De hecho, la segunda, fundamentalmente, es un medio para que la primera se mantenga a flote, a parte de una necesidad para que las sociedades (familias de familias) puedan organizarse con un orden y tengan sus necesidades cubiertas. Con esto no quiero decir que la mujer deba desaparecer de la esfera laboral en la que tan bien se está desenvolviendo. Pero sí veo necesario que como sociedad nos hagamos estas preguntas: ¿Qué es más importante? ¿Qué voy a sacrificar? ¿Merece la pena? No es un tema fácil, pero sí algo que está sin resolver.

Rocío Álvarez. ZARAGOZA

La mente humana, más allá de la inteligencia

En el cerebro humano hay dos hemisferios: uno para pensar y el otro para sentir. Pero hay otro elemento, invisible para la ciencia, que afecta profundamente a la vida humana: me refiero a la mente, que no es lo mismo que la inteligencia, ya que ésta es práctica y resuelve problemas. Por el contrario, la mente los crea, recrea, les da vueltas y más vueltas, sólo siembra dudas y, cuanto más se le sigue, más nos aleja de las soluciones buscadas. La mente se alimenta de un ‘pienso’ alterado, fruto del malestar que generan las dificultades de la vida, y de una serenidad y autoestima inexistentes.

Santa Teresa la llamaba "la loca de la casa", y es el principal obstáculo que tiene el ser humano para ser feliz. El pensamiento sano y equilibrado de filósofos, científicos, artistas, maestros, etc., ha contribuido al progreso humano, a mejorar la vida de la gente, a encontrar nuestro lugar en el mundo. El sentimiento nos conduce a la alegría y la paz internas. La inteligencia resuelve problemas materiales, trae comodidad a la vida, pero la felicidad reside en el corazón, no en el que bombea sangre, sino en el que no se ve, porque no es físico.

La vida ni es ni puede ser un valle de lágrimas, como tantas veces ha dicho la Iglesia católica, sino el regalo más grande que nos ha dado el Creador, a través de ese "aire que exigimos trece veces por minuto", que decía un famoso poeta. No hay mayor placer que respirar, sentir el cielo en esta Tierra. La inteligencia es un buen apoyo, y la mente es nuestro verdadero infierno. Sócrates nos animó a conocernos a nosotros mismos, nuestro corazón más interno, lleno de paz perpetua. La vida son dos días, hay que disfrutarlos.

Miguel Bretón Vallejo. ZARAGOZA

¿Hacia dónde vamos?

Una persona de avanzada edad camina con andador por una acera de la avenida Goya, cuando pasa un ciclista a toda velocidad y grita: "¡Aparta de ahí, abuelo!". Al recriminarle su actitud varios viandantes nos contesta con una ‘peineta’ y nos dice: "Llamad a la Policía si queréis, no me va a pasar nada". Pensé en la pérdida de valores, en que el civismo y la amabilidad parecen en desuso y en que los ancianos parece que estorban porque no van a la velocidad que exige la sociedad actual. Más o pronto o más tarde llegaremos a esa edad en la que, en vez de valorar nuestra experiencia y nuestra aportación a la sociedad, nos juzguen por la calidad de nuestras articulaciones para ir deprisa. ¿Hacia dónde vamos tan acelerados?

Ana María Rivera Bruballa. ZARAGOZA

Indicadores

En el mundo de la empresa están de moda los KPI. Es al acrónimo en inglés de lo que toda la vida se han llamado ‘indicadores’. Son cifras objetivas que informan sobre el desempeño de la empresa y ayudan a tomar decisiones. Son números fríos y objetivos, sin ideología o emotividad tras ellos. Tras las elecciones generales, creo que los partidos políticos deberían analizar sus propios indicadores. Los KPI de los partidos que formaron parte del bloque de investidura de Pedro Sánchez hace casi cuatro años son los siguientes: Teruel Existe pasa de 1 a 0 (-1); Nueva Canarias pasa de 1 a 0 (-1); el PNV pasa de 6 a 5 (-1) y pierde la hegemonía en su región; Sumar y todo lo que había dentro pasa de 38 a 31 (-7); el BNG se mantiene en 1; el PSOE pasa de 120 a 122 (+2). Los dos partidos que se abstuvieron en 2020 fueron Bildu, que pasa de 5 a 6 (+1), y ERC, que pasa de 13 a 7 (-6). A la vista de los números, los únicos beneficiados o, al menos, no perjudicados por esa investidura han sido el BNG, Bildu y el PSOE. Sería lógico que los tres intentaran reeditar el acuerdo. Pero, ¿los demás? Parece que no van en la dirección correcta. Parafraseando a Albert Einstein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

Francisco Javier Serrano Ballester. ZARAGOZA

Malos asesores

Estas elecciones han demostrado que el que pega primero pega dos veces y que el mundo no es de los blanditos. Durante la campaña hemos visto cosas muy curiosas que deberían haber visto los asesores, sobre todo, del partido ganador que no podrá gobernar. ¿De verdad que nadie se dio cuenta de que el único socio seguro que tenía el PP era Vox? Mientras los asesores del PP recomendaban a su candidato que despreciase a los llamados ultraderecha, los socialistas ponían de vuelta y media al PP por esa futura unión con Vox, dejando a la derecha sin pareja de baile. Cada frase de la izquierda era para criticar la unión de derecha con la ultraderecha, pero ¿quién hablaba de que el gobierno actual estaba formado por terroristas, comunistas, separatistas, independentistas y partidos que no quieren a España? Nadie. El eslogan de la izquierda metiendo miedo debería haber sido contestado con aquello del ‘gobierno Frankenstein’. Los buenos y los malos asesores se miden en momentos clave y deberían haber estado a la altura.

Adela Laborda Gavalda. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

cartas@heraldo.es

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