Por
  • Rodrigo Córdoba García

Multinegacionismo

Multinegacionismo
Multinegacionismo
Heraldo

Negadores del cambio climático, de la violencia de género, del tabaquismo pasivo, antivacunas, etc., son una ruidosa minoría en los últimos años que debe confrontarse con argumentos.

En primer lugar, el cambio climático es innegable, es una emergencia y es un fenómeno antropogénico sobre el que urge actuar. 

Cuatro ejemplos en pocos días: inundaciones en Zaragoza, tornado mortal en Países Bajos, grave crisis de suministro de agua potable en Montevideo e incendios jamás vistos en Canadá. Casos recientes entre las docenas de catástrofes climáticas que están ocurriendo en todo el planeta.

El último informe del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático esta firmado por 93 expertos de 47 países que se basan en 6.841 observaciones. ¿Está equivocado todo el mundo? Pues bien, hay un grupo de charlatanes incentivados por determinadas industrias o por su ignorancia que se empeñan en crear una falsa controversia sobre todo este conjunto de evidencias, con el fin de relativizar, retrasar o flexibilizar las medidas efectivas para frenar esta tendencia brutal al calentamiento. ¿Hará falta que el mar inunde la mansión de Mar-a-Lago para que Trump y sus secuaces europeos se den por enterados?

Otra grave cuestión es la violencia de género, un consenso internacional en el que se reconoce que este tipo de violencia tiene su origen en la desigualdad de genero, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas. El término se utiliza para subrayar el hecho de que las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan a las mujeres en situación de riesgo. Es una cuestión de rango y prioridades situar a la violencia contra las mujeres en primera línea de las políticas sociales sin aspavientos pero sin retrocesos. Ni el feminismo ni el concepto ‘violencia de género’ son un ataque a los hombres, es un movimiento histórico para avanzar en la igualdad. El respeto a las diferentes sensibilidades y sentimientos en cuanto a género es una cuestión de progreso social. No parece que esas minorías no binarias quieran imponer sus sentimientos. Ser heterosexual no es noticia por lo que tampoco tienen que serlo las demás opciones.

Tampoco ninguna ley impone ni frivoliza el aborto o la eutanasia. Pero algunos quieren imponer su ideología a toda la ciudadanía, limitando derechos. Hemos visto también que se ha dado un paso atrás al volver a permitir fumar en las terrazas. Seguimos siendo todos rehenes del tabaco por el negacionismo del daño que hace también a los no fumadores Tenemos evidencia que cuando se fuma en las terrazas los no fumadores tienen que sufrir los efectos irritativos del humo. De hecho la contaminación en las terrazas en las que hay varios fumadores es más alta que si nos alejamos unos metros. Pero al vincularse esta restricción a la pandemia se ha retirado esta norma protectora. Las organizaciones de hostelería hablan se seguridad jurídica pero nunca hablan de seguridad de las personas no fumadoras que constituyen la mayoría de sus clientes.

Los antivacunas son otra plaga de confusión. Las vacunas tienen limitaciones y efectos secundarios pero si se utilizan bien el beneficio es superior al riesgo. Gracias a ellas han casi desaparecido enfermedades como viruela, difteria, tétanos, polio o sarampión que causaban una gran mortalidad infantil. Las delirantes teorías de que inyectaban una nanopartícula satánica no tienen recorrido. El multinegacionismo no es solo negar la evidencia científica, los hechos objetivos y verificables, la observación real; es mas grave que todo esto. Consiste en fomentar la duda global. Esto hace que un sector creciente de la población enfadada con su progresivo empobrecimiento y falta de futuro deje de creer en todo y confíe en el que le propone una solución simple, un líder infalible. En el fondo, el mutinegacionismo lleva a cuestionar los principios de la democracia y la convivencia, a fomentar el odio y la desconfianza. Instala dudas hiperbólicas e improductivas para producir confusión política. Es una vía al neofascismo. Como dijo Al Gore, estamos asistiendo a un monstruoso ataque a la razón.

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