Huir de Nicaragua

Una mujer pasa por un muro en el que está pintado Ortega.
Una mujer pasa por un muro en el que está pintado Ortega.
Stringer/Reuters

En los últimos años, muchos nicaragüenses han huido hacia España y a otros países, por las malas condiciones económicas y por el sistema dictatorial de Ortega, que hace imposible el funcionamiento con una mínima libertad. Políticos de la oposición y personas molestas para el Gobierno han sido expulsados y privados de la nacionalidad nicaragüense. 

Ese odio se ha cebado en estos últimos años con la Iglesia Católica, mayoritaria entre el pueblo de Nicaragua, y la ha golpeado en todos los frentes. Martha Patricia Molina, autora del informe ‘Nicaragua, una iglesia perseguida’, señala que los católicos han sufrido 161 agresiones entre profanaciones de templos, arrestos, despojo de nacionalidad, destierros y acoso policial.

En 2023 han sido prohibidas 3.000 procesiones, sobre todo en Semana Santa. El régimen de Ortega suma 529 ataques contra obispos, sacerdotes, templos y laicos cristianos. En febrero condenaron a 26 años de cárcel al obispo Rolando Álvarez, que no quiso irse al exilio para no abandonar a sus fieles. Su diócesis, Matagalpa, ha sido una de las más golpeadas por la persecución.

Temen que se preparen para confiscar los templos, al igual que ya han hecho con asociaciones, universidades y centros católicos. Han congelado las modestas cuentas que se nutren con donativos de los fieles, con las que las parroquias hacen frente a los gastos básicos como la luz o la ayuda a los más necesitados.

En el Informe Libertad Religiosa en el mundo, elaborado por la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, se señala que el 62,5% de la población mundial vive en países donde se vulnera el derecho a la libertad de religión, sufriendo el 14% persecución y el 17% discriminación. De cada 4 personas que sufren persecución o discriminación por su fe, 3 son cristianas. Atacadas por gobiernos totalitarios o en países donde se impone el comunismo, el fundamentalismo islámico o el hinduismo extremista, caso de la India.

La persecución de los cristianos es una crisis ‘oculta’. Organismos internacionales, gobiernos occidentales y las ONG enmudecen. Son cómplices con sus silencios. El filósofo judío francés Bernard-Henri Lévy escribía que "mientras el antisemitismo es considerado un delito y los prejuicios antiárabes o antigitanos son estigmatizados, la violenta fobia anticristiana que recorre el mundo no parece tener ninguna respuesta". 

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Carlos Sauras)

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