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Cartas al director de HERALDO: La gran familia de una peña vaquillera

La Puesta del Pañuelico al Torico en las Fiestas de la Vaquilla en Teruel.
La Puesta del Pañuelico al Torico en las Fiestas de la Vaquilla en Teruel.
Antonio García

La gran familia de una peña vaquillera

Qué dichas he tenido desde que percibí la grandeza de pertenecer a una gran familia! Mis padres eran numerosos en hermanos y ellos tuvieron ocho hijos, que fueron su orgullo. Nos educaron en el cariño, el deber y el sacrificio para conseguir los logros que nos propusiésemos, en el respeto y la solidaridad con todos los que nos rodeaban y así lo hemos intentado transmitir a toda la descendencia. 

Por eso mi dicha es grande al pertenecer a otra gran familia: la peña Los Bohemios. En ella me encuentro como en mi casa, feliz. Cada año veo a esas personas que transmiten alegría por compartir la fiesta. Es posible gracias a que los componentes de la junta trabajan unidos para que todos ‘sus hijos’ nos sintamos a gusto. Su entrega me hace recordar esos principios que yo tuve con mis padres y hermanos. Y ellos con todos sus asociados hacen que nos sintamos dichosos de pertenecer a ella. Este año lo hemos vivido de una manera especial. Los protagonistas de la puesta y quite del pañuelo al Torico fueron los hijos de nuestro presidente, Juan Nacher. Él ya lo puso en 2002. Emocionante fue el sábado 8 de julio viendo cómo el padre recibía de manos de la alcaldesa el pañuelo y se lo entregaba a su hijo para que ascendiera por la columna y se lo colocara al Torico anunciando la fiesta. Juan Miguel Nacher nos hizo vibrar de emoción en ese momento que te invita a que la fiesta brille en nuestros corazones con alegría y solidaridad. El lunes de Vaquilla, Patricia Nacher fue la encargada de subir a ese Torico símbolo de la ciudad para quitárselo y poner fin a esos días tan maravillosos. Pero siempre con la ilusión de un nuevo año en el que vibraremos nuevamente con la Fiesta de la Vaquilla. Felicito a toda la Junta y sus asociados por esa gran unión que reina en la gran familia de Los Bohemios. ¡Viva la Vaquilla y viva Teruel!

Sagrario Belenguer Espallargas. TERUEL

Las olas de calor en la cárcel de Zuera

En el centro penitenciario de Zuera conviven alrededor de 1.300 internos y 450 funcionarios. Y no funciona desde hace semanas el aire acondicionado. A pesar de las múltiples quejas, no se repara. Con la ola de calor es un bien de primera necesidad. Hay quien dirá que no procede tanta exigencia, que si están allí ‘por algo es’. Efectivamente, están cumpliendo su responsabilidad con la sociedad a causa de sus delitos, y por eso viven aislados del resto. Pero ello no empece que cualquiera de ellos tenga la misma dignidad que los que estamos fuera y se merezcan unas condiciones que no supongan un maltrato. En esto también pertenecemos al primer mundo. Es evidente que no todos los hogares disponen de aire acondicionado, pero también lo es que la inmensa mayoría de los ciudadanos pueden aliviar las elevadas temperaturas acudiendo a una piscina, un parque o incluso entrando en un centro comercial. Ninguno de los internos de Zuera puede hacer eso, ni siquiera les dotan de ventiladores. Para el total de la población reclusa existe un solo médico, súmenle temperaturas infernales. Si desafortunadamente la cuestión sanitaria tiene muy difícil solución, la técnica (reparar el aire acondicionado) parece fácilmente salvable. Persistir en esta situación evidencia el desprecio a los internos y al conjunto de los funcionarios que comparten ese espacio y solo cabe albergar la falta de voluntad política. No cabría alegar raíz económica, pues un país que se permite el lujo de celebrar dos procesos electorales en mes y medio es un país al que no le falta el dinero. Apelo a la administración penitenciaria estatal para que revierta esta situación. Y recuerdo a las familias que cualquier afección grave a causa de las olas de calor tiene un responsable: la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.

Mari Carmen García Barros. ZARAGOZA

Desconectar

Afortunadamente, la edad ha disminuido mi audición, lo cual significa que en determinados momentos soy el dueño del sonido de televisión con el solo hecho de quitar del oído mi aparato. Nunca he sido muy amante de la televisión pero estos últimos años resulta insoportable. Unos se llaman periodistas, otros no llegan a ese nivel y son tertulianos, pero todos hacen suyos los programas hablando todos a la vez y gritando. Es demencial la temporada que llevamos, primero se nos cuelan unas elecciones a ayuntamientos y autonómicas, sin descansar tenemos las generales, ahí empiezan todos los políticos con sus mejores programas, se hacen eco todos los canales, siguen con el ‘y tú más’, todos nos van a dar algo, mientras sube la cesta de la compra a niveles estratosféricos. Hasta ahí tenemos que aguantar, es inevitable, necesario y además obligatorio. Aún no hemos terminado, pon la cadena que quieras que te crucifican con la llamada boda del año, que si el Íñigo Onieva y la señora Preisler, que si la paternidad de Bertín Osborne, no sé si esto le interesará mucho a la audiencia, todos saben la última, que si la última carta, la última foto. A mí no me interesa nada de todo esto; me desconecto mi aparato y continuo mi lectura. Pero qué sociedad tenemos, qué tipo de información nos llega. Verdaderamente demencial, nuestra sociedad.

Manuel Arpa Arias. ZARAGOZA

El peligro está en el aire

Escribir mi sentir tan próximo al 23J es jugar con fuego y esperando no demostrar lo perdidos que andamos. Hay una alerta del peligro que supone tratar a la izquierda como una amalgama de grupos que pueden tener una complicidad temporal frente al enemigo común. Pero para mí prima más la lógica de esforzarse por movilizar a las mayorías, articulando objetivos compartidos de forma clara pero sin perder la identidad de los partidos con grupos más minoritarios, a los que se ha llevado al enfrentamiento, al subyugar sus puntos a los intereses generales del partido unificado. Se debería construir una causa común frente a las emergencias y demandas sociales: educación, sanidad, emergencia climática, vivienda, salario mínimo... por ser estas las más condicionantes del bienestar social y todas ellas convergerían en un único partido de izquierdas. Podría ser Sumar, pero sintiendo la comodidad en todos los votantes de haberse unido a él.

María Luisa Alonso Alcalá. ZARAGOZA

Buen hacer profesional

El 19 de mayo, después de algunas pruebas, recibí el impacto de la palabra ‘cáncer’. Desde entonces he pasado por una cirugía, postoperatorio y tratamiento. A día de hoy parece que está todo controlado. Y esto se lo debo a todas las personas que me han atendido. Agradezco al Hospital Miguel Servet, en particular a la Unidad de Cáncer de mama, su buen hacer profesional y el trato humano recibido, no menos importante.

Rosario Mangas Miquélez. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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