Redactor de la sección de Cultura y columnista en HERALDO DE ARAGÓN

La parca puñetera

La actriz y cantante británica Jane Birkin.
La actriz y cantante británica Jane Birkin.
H. A.

Se ha muerto Ibañez, el inventor del sulfato atómico, de las contraseñas chungas en pareado para entrar en cuarteles generales secretos. El rey del disfraz y las radiografías viñeteras. Hasta sus críticos de los últimos tiempos lloraron un poco a hurtadillas, cuidándose muy mucho de que nadie se preguntara si sus lagrimones se debían a la súbita urgencia de pelar cebollas un sábado por la tarde. 

Se ha muerto Jane Birkin, actriz grácil de belleza sobrenatural, cantante resolutiva y versátil que sacaba el máximo partido a unas facultades vocales de rango diminuto. Una mujer excepcional, que triunfó igualmente a la hora de superar con gallardía la irritante dictadura del ‘yin-yang’, que suele cobrarse con dolor las donosuras entregadas a seres que aparentemente lo tienen todo. 

A mediados de semana falleció el keniano Joseph Chebet, ganador de las maratones de Nueva York y Boston en 1999. Era joven, 52 años. En 1998 había perdido ambas pruebas por tres segundos (tremendo) contra rivales de su propio país, Kenia, donde le criticaron por segundón... antes de elevarlo a la categoría de león, dada su capacidad para levantarse y rugir victorioso tras sendas caídas en el umbral de la gloria. 

La parca se ha puesto seria estos días, con ataques selectivos a referencias de varias generaciones. Menudean los homenajes, muchos genuinos y hermosos, otros tantos plañideros y oportunistas. Basta con un análisis somero a esas expresiones de duelo para adivinar si son sinceras. Da igual. Los tres dejaron huella indeleble en muchos corazones, y eso es hermoso. Lo demás es ruido y reflujo biliar.

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