Director de HERALDO DE ARAGÓN

Las riendas de la campaña

Reloj de arena.
Reloj de arena.
I.S.M.

A la espera de que mañana se conozcan las últimas encuestas nacionales de intención de voto, entre ellas la de HERALDO, hoy publicamos en estas páginas un sondeo realizado en Aragón que apunta la que sería una clara victoria del PP en los comicios del próximo domingo. 

Entre las diversas piezas de análisis que ofrece esta muestra de A+M se descubre la consolidación de un cambio de tendencia en Huesca. Feudo socialista, la provincia oscense otorgaría dos diputados al PP y uno al PSOE, insistiendo en la llegada de un nuevo ciclo político que ya se detectó en las pasadas elecciones autonómicas y municipales.

Al margen de la condición de Aragón como el Ohio español, los diferentes trabajos demoscópicos con los que nos tropezamos a diario indican una más que probable victoria nacional del PP y un retroceso de las opciones socialistas. Si bien es cierto que el CIS de José Félix Tezanos mostraba esta semana su insistencia por descolgarse de la mayoría de los estudios al publicar un sondeo que situaba como ganador al PSOE (el trabajo de campo se realizó entre los días 30 de junio y el 5 de julio), el ejemplo de Huesca (donde el PP ganó por última vez en 2016) reflejaría que algo mucho más profundo estaría ocurriendo desde el punto de vista de la sociología política.

El PSOE se ha descubierto como un partido con dos almas, desdoblado en sí mismo, que tras el acuerdo de gobierno con Unidas-Podemos (la primera coalición política en Democracia que llegaba a la Moncloa) ha sacrificado muchas de las claves de centralidad que le unían con su electorado. De poco o nada han servido los múltiples anuncios sociales vendidos por el Gobierno cuando el votante, al que se apela ahora para frenar a Vox, se siente incómodo con una formación que acumula un excesivo número de cesiones ante los socios que permitieron la investidura de Pedro Sánchez.

Tras la asunción por parte del PSOE de la derrota de Sánchez en el cara a cara, los socialistas se plantean si tendrán tiempo para reactivar una campaña electoral que concluye en menos de una semana y que las encuestas sitúan cuesta arriba

Al igual que el principal error del PSOE ha sido la pretensión de que sus electores tolerasen una convivencia normalizada con sus propias renuncias (los acuerdos con Bildu o con el independentismo son un claro ejemplo), que siendo destacadas y amplificadas por sus barones territoriales insistían en la desnaturalización del partido, el PP ha sabido construir un beneficioso y rentable relato mediático. En esta campaña, que soporta bien el calificativo de atípica, se está observando cómo los populares han tomado las riendas del discurso político, impidiendo al PSOE zafarse de ciertos mensajes convertidos en lemas electorales. El cara a cara entre los dos candidatos del pasado lunes fue un claro ejemplo. Aparte de la pérdida de la posición presidencial de Sánchez frente a Feijóo, tanto en el tono como en los mensajes, la estrategia popular impidió que el PSOE aclarase o justificase todo aquello que le habría de permitir recuperar a sus votantes.

La cuestión sobre la que se interroga el PSOE en este momento, tras haber pasado una semana centrada en el desánimo causado por la derrota del cara a cara, es si aún hay tiempo suficiente como para reactivar la campaña y seducir a los indecisos que, al menos en Aragón, se sitúan en un porcentaje del 16,9 por ciento. Con un Pedro Sánchez que se ha mostrado ausente, cediendo espacio y protagonismo al expresidente Rodríguez Zapatero, los socialistas parecen dispuestos a apurar los días mientras Feijóo también se empeña en lograr el voto útil procedente de Vox.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Mikel Iturbe)

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