Siete presidentes y un presidenciable

El Rey, con cuatro expresidentes en el Patronato del Real Instituto Elcano.
El Rey, con cuatro expresidentes en el Patronato del Real Instituto Elcano.
EFE

Adolfo Suárez González, Leopoldo Calvo-Sotelo Bustelo, Felipe González Márquez, José María Aznar López, José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy Brey y Pedro Sánchez Pérez-Castejón, el consejo de ministros ha tenido, desde la aprobación de la Constitución en 1978, siete presidentes. 

Si, como muchos anuncian, los vientos traen un cambio y después del día 23 aparca en la Moncloa Alberto Núñez Feijóo, él será el octavo jefe de gobierno de la democracia española.

Feijóo sería además el segundo presidente, después de Rajoy, llegado de Galicia, aunque a Calvo-Sotelo, con tres abuelos gallegos, casi se le podría atribuir también esa condición. Suárez y Zapatero eran castellanos de Castilla la Vieja, González, andaluz de Sevilla y Calvo-Sotelo, Aznar y Sánchez, nacidos en Madrid. Solo Suárez y Calvo-Sotelo vinieron al mundo antes del final de la Guerra Civil, aunque por edad no pudieron tener en ella ni arte ni parte. El más joven en el momento de convertirse en presidente fue González, con 40 años; y el mayor hasta ahora, Rajoy, con 56, aunque su paisano y correligionario Feijóo, si llega el caso, lo superaría, pues alcanzaría la cima con 62, ya que es cosecha del 61 (igual, por cierto, que quien escribe estas líneas).

La afinidad entre la política y el Derecho queda patente cuando cinco de los siete presidentes, y también el presidenciable Feijóo, son licenciados en esa disciplina. Se salen de la norma los dos que además son doctores, Calvo-Sotelo, doctor ingeniero de Caminos, y Sánchez, doctor en Economía (lenguas viperinas dicen que ‘cum fraude’). Sánchez es además el único que ganó sus títulos académicos en universidades privadas, el Real Centro Universitario María Cristina del Escorial y la Camilo José Cela.

Antes de que el rey lo escogiera para pilotar la transición a la democracia, Suárez hizo carrera, más bien rápida, en el escalafón político-administrativo del franquismo, incluido un ministerio. Calvo-Sotelo dirigió una importante empresa privada y fue ministro de varios departamentos. González era abogado laboralista. Aznar, inspector de Finanzas del Estado. Zapatero, estuvo tres añitos como profesor colaborador en la Universidad de León, se hizo diputado y fue ascendiendo en el partido hasta saltar a la secretaría general. Rajoy, aprobadas sus oposiciones a registrador, fue presidente de la Diputación de Pontevedra y se encargó de tres carteras en los gobiernos de Aznar.

Sánchez fue asesor de varios cargos socialistas, tuvo asiento en el consejo de administración de una caja de ahorros (esa cuyo rescate requirió más de 20.000 millones de euros), ejerció como profesor asociado durante cinco años en la misma universidad que lo hizo doctor y fue concejal de Madrid. En 2014, los militantes del PSOE lo eligieron como candidato a la presidencia del gobierno. Feijóo sacó plaza de funcionario autonómico, tuvo diversos cargos en el segundo nivel de los gobiernos de Aznar, entre ellos la dirección del Insalud, dirigió también Correos, fue consejero de la Xunta de Galicia y luego su presidente durante trece años. Comparando trayectorias, la de Feijóo se parece más a un clásico ‘cursus honorum’, pero es innegable que Sánchez cuenta ahora con cinco años de experiencia en la máxima responsabilidad. Los españoles han de decidir si continúa en ella.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Víctor Orcástegui)

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