El misterio de los fijos discontinuos

El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez.
El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez.
EP

Uno de los secretos mejor guardados por el Gobierno es el número de fijos discontínuos que existen en el ámbito del mundo del empleo. La cifra, que debe de ser importante –hay estimaciones que la sitúan en torno al millón de personas– puede afectar al verdadero nivel de empleo y alterar por tanto los datos del paro que se publican.

Restando el triunfalismo del que alardea la ministra del ramo, la meliflua y cuqui doña Yolanda Díaz.

Incomprensiblemente, el Ministerio de Trabajo y el SEPE son incapaces de decirnos cuántos trabajadores hay en España con contrato fijo discontinuo

Un fijo discontinuo es un trabajador que firma un contrato de trabajo indefinido que establece una prestación del trabajo intermitente; es decir, que va a estar algún tiempo trabajando activamente en la empresa pero habrá otros momentos en que estará ausente del trabajo, aunque siga siendo esquizofrénicamente fijo, algo así como si estuviera en una suerte de limbo laboral, en espera de volver a retomar la actividad. En estos periodos en los que es un trabajador pero sin trabajo puede incluso percibir la prestación de desempleo, sin que ello conlleve que se le compute como un desempleado; o sea, que es un parado de hecho pero que no se contabiliza en las estadísticas del paro. Un bonito truco para encubrir la realidad.

Es el SEPE (Servicio Público de Empleo) quien registra los contratos de trabajo, por lo que, en principio, parecería bastante sencillo conocer el número de los que existen, pero en palabras del secretario de Estado de Empleo, don Joaquín Pérez Rey, es "un asunto de una gran complejidad", como viene repitiendo hace meses en las sucesivas comparecencias para explicar los datos del empleo. De alguna manera señala también a la defectuosa intercomunicación con las autonomías, que es difícil, y aunque están trabajando permanentemente en ello, no acaban de encontrar los datos. Mes tras mes, desde hace ya muchos, vienen prometiendo que los van a facilitar, ¡pero, oh, la magia potagia!, siempre se le cruza algún cable a este señor que le impide darnos esos secretos y misteriosos datos.

El dato puede
afectar a las estadísticas del paro y se ha convertido en un secreto: un misterio

Cuando comparece compungido y cariacontecido en sus ruedas de prensa y alude a las complejidades del asunto está poniendo en ridículo a los diferentes equipos de funcionarios de carrera que conforman los gabinetes ministeriales y que saben perfectamente lo que se llevan entre manos y no dudarían un instante en resolver el arcano que tanto atormenta al Ministerio de Trabajo. Y que explica también la fuga de valiosos y competentes funcionarios de los alrededores de estos personajes por la imposibilidad de llevar a cabo una gestión solvente y, sobre todo, transparente. Pero se prefiere la política del silencio y, de momento, ya han conseguido llegar a las elecciones del 23-J sin desvelar el misterio de los fijos discontinuos, no sea que un mal dato del empleo pueda perjudicar los intereses electorales de quienes aseguran que el país va como una moto.

Algún día lejano llegaremos quizá a conocer los verdaderos datos del paro. Cuando hayamos desterrado de la vida política esas tres palabras a las que hace referencia el presidente Sánchez y que son eliminables de cualquier proceso de mejora: maldad, mentira y manipulación.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Luis de Arce)

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