Cuando gana el aspirante

Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Agencias

Hacía el pasado lunes casi tanto calor como cuando se enfrentaron en Manila -octubre de 1975-, Muhammad Ali, el mítico Casius Clay, y Joe Frazier. Era su tercer encuentro, fue contemplado por millones de personas por televisión, y se golpearon tan salvajemente que el entrenador retiró a Frazier del cuadrilátero porque temió por su vida.

Muhammad Ali, que había calentado el combate previamente con graves insultos a su retador, retuvo el título y años después le pidió disculpas por las ofensas, pero su rivalidad ha pasado a la historia del boxeo.

El lunes, en el plató de Atresmedia, no hubo caras macilentas por los ganchos, pero sí dos horas de golpes dialécticos entre el presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez, y el presidente del Partido Popular y candidato popular, Alberto Núñez Feijóo, que se saldaron a favor del aspirante a La Moncloa. La teoría dice que el favorito no debe arriesgar en los debates, que lo fundamental es no entrar a las provocaciones del adversario y no cometer errores. En este caso, el problema para Sánchez era que tenía que invertir los papeles. Tras la derrota en las elecciones municipales y autonómicas de mayo, le tocaba salir a la ofensiva.

El presidente se situaba, así, en situación de mayor debilidad. Fuera de su zona de confort institucional, confiado erróneamente en la ventaja que creyó obtener sobre Feijóo en sus debates en el Senado, se vio obligado a atacar y a defenderse a la vez. Porque el candidato popular, contra pronóstico, optó por arriesgar en el cuerpo a cuerpo, lo que descolocó a Sánchez y le llevó a evidenciar un nerviosismo incompatible con la seguridad esperable de un presidente con un difícil lustro en el cargo. A favor de Feijóo, empezaron a jugar los flancos que dejó al descubierto su oponente.

Infravalorar a Feijóo, un político correoso con cuatro mayorías absolutas en Galicia, con experiencia de gestión en Correos y el entonces INSALUD fue un error previo de bulto. También las acusaciones de cobardía a Feijóo tras su rechazo a la hiperbólica propuesta de Sánchez de celebrar seis debates. Y la insistencia de los asesores del presidente en resaltar que había despejado su agenda del fin de semana para afrontar una velada en la que se veía ganador.

Mientras, la gente de Feijóo no rebatió las aseveraciones sobre su desventaja como orador y lo envió a la plaza de toros de Pontevedra a darse un baño de masas en su tierra. Sánchez se estrelló contra el listón de sus expectativas y al candidato popular le resultó mucho más fácil superar el que le habían marcado. El resultado ha sido que el candidato popular fue el más efectivo a la hora de colocar su mensaje de llamamiento al voto útil para obtener esa elástica “mayoría amplia”. Las urnas dirán la última palabra pero Feijóo apuntaló la clara ventaja que le dan las encuestas.

(Puede consultar todos los artículos escritos en HERALDO por Encarna Samitier)

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