Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

Perte del coche eléctrico II

Instalaciones de Stellantis en Figueruelas.
Instalaciones de Stellantis en Figueruelas.
Guillermo Mestre

La industria del automóvil es uno de los sectores que resultará más beneficiado en los Perte (Proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica), surgidos en el seno de la Unión Europa tras la crisis económica causada por la pandemia del coronavirus para hacer de los países miembros territorios más competitivos y más verdes. Tras aprobarse en octubre del año pasado el denomiado Perte VEC (vehículo eléctrico y conectado), el pasado viernes el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó las bases de la segunda edición y la convocatoría de la primera de las dos líneas de ayudas incluidas en esta, la de las baterías.

El Perte VEC II viene con más fondos que el primero, en el que se acordó la concesión de 877,2 millones de euros repartidos en 10 proyectos, tres de ellos (de Stellantis, Seat y Renault) con la participación de una veintena de empresas aragonesas. La segunda tanda de fondos europeos contará con 1.409 millones, de los que 850 van a la la sección A, que se dirige a «incentivar la inversión en capacidad de producción industrial de baterías destinadas al vehículo eléctrico y conectado, sus sistemas, subsistemas y componentes, y ciertos sistemas de infraestructura auxiliares necesarios para su despliegue».

Entre los principales cambios en este segundo paquete de ayudas respecto al primero está que se ha sustituido el esquema de la agrupación de empresas en torno a un proyecto tractor por uno basado en proyectos individuales para compañías del sector, lo que resultará –según apunta el Ministerio de Industria– «más ágil y dinámico».

En Aragón, este Perte, como el primero, genera un gran interés, ya que permite actualizar las instalaciones de las fábricas para un escenario lleno de modelos electrificados. La primera, la de la factoría del grupo Stellantis en Figueruelas, que ya produce un vehículo enchufable (el e-Corsa) y ensamblará dos más, el e-Peugeot 208 desde octubre y el Lancia Ypsilon desde el segundo trimestre de 2024. La industria auxiliar está también evidentemente por la labor, como se demostró en el primer paquete y como ha insistido en señalar el Clúster de la Automoción y Movilidad de Aragón (CAAR).

Desde Stellantis se indicó el viernes que la compañía «analizará las bases de la línea de baterías del Perte VEC 2 para ver si se ajustan a algunos de los futuros proyectos industriales en estudio en sus plantas en España», mientras que el CAAR valoraba el lanzamiento de esa línea A del paquete, pero reconocía que la línea B, que se dirige a apoyar planes de inversión orientados a la cadena de valor industrial del vehículo eléctrico y conectado, les resultará más interesante.

En Zaragoza, Stellantis cuenta con un taller de baterías para el que trabaja la planta de Proma Hispania en Épila, fabricando las carcasas de esas baterías, que luego van a coches que se ensamblan en Figueruelas y en Villaverde (Madrid). Otra empresa local posicionada en este ámbito es Mann+Hummel, que se ha adjudicado recientemente la fabricación en su planta de Plaza de protectores para baterías de coches eléctricos.

Decía a este diario David Romeral, gerente del CAAR, que no estaría mal que a este ecosistema se sumaran también empresas que trabajen en el reciclaje de las baterías, campo de evidente futuro y negocio. En otras comunidades autónomas ya hay iniciativas en ese sentido y aquí hay compañías cuyas especialidades encajan bien para realizar esa tarea.

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