Las sumas del PP

Las sumas del PP
Las sumas del PP
Pixabay

El problema del Partido Popular, de Feijóo o de Azcón, es todo lo que no son ellos. Lo hemos visto en Aragón, donde la presidenta de nuestro Parlamento ostenta un currículum poco integrador y con tesis afines a conspiraciones antivacunas. 

Lo recordaba bien HERALDO en un editorial: dicho cargo, por su altura institucional, debe representar a todos los aragoneses. A mi juicio, resultará imposible. Pero no solo es Aragón el problema sino las sumas. El PP, salvo excepciones, necesitará a Vox para gobernar y ahí se pervierte el voto de centro-derecha, entregado por aritmética a posturas radicales. Algo que deja en manos de los populares saber no solo qué Aragón o España quieren sino también qué imagen de partido. Los bandazos ideológicos no traen buenos resultados y aunque en política todo pasa demasiado rápido, el electorado de derecha moderada (y el que no lo es) todavía recuerda las manifestaciones apoyadas por el PP contra el matrimonio gay o el aborto. Posturas sobre temas sociales de calado que cambiaron con el paso de los años y por la propia acción de gobierno de Rajoy, que, según trascendió, acabó bailando la conga en la boda gay de Javier Maroto.

Así, el PP soltó lastre conservador tras la oposición escorada al gobierno de Zapatero, con un centro-derecha ajeno a lo ultra que le ha marcado hasta la fecha una posición estable de cara al votante que Vox está dispuesto a poner en duda. Se une a ello una diferencia sustancial, y es que, si nos vamos al PSOE y el juego de pactos al que le avocará el 23-J, resulta complicado comparar a Yolanda Díaz con Santiago Abascal. No tanto por sus diferencias ideológicas sino por el estilo de política que ejercen unos y otros. Pactar con Vox resulta pactar con un mar de radicalidad que apunta a los sentimientos más primarios de sus votantes, agrediendo a colectivos sociales como si esa fuera la prioridad para sostener a una España que está a otras cosas pero que Vox sabe que arrastra a un PP que debe mantenerse firme en lo que lleva siendo desde que se arrepintió de los extremos que se tocaron para derribar a Zapatero. Será esa la gran tarea de Feijóo, Azcón y resto de líderes populares: responder al encargo soberano de gobernar sin hacer de ellos o de su partido los extremos populistas de quien no les votó. 

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Juanma Fernández)

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