Cambiar de aires con el Erasmus rural
Once universitarios se han incorporado esta temporada a prácticas laborales en el entorno rural en el Alto Aragón. Estudiantes de Magisterio, Matemáticas, Turismo, Ciencia y tecnología de los alimentos, Veterinaria, Ingeniería agroalimentaria, Administración y dirección de empresas o Derecho van a iniciarse en su actividad en Ansó, Hecho, Tardienta, Broto, Torres de Barbués, Estadilla y Capella.
Se trata de los programas Desafío, dirigido a estudiantes, y Arraigo, para titulados en los tres últimos cursos académicos.
Se desarrollan en municipios con menos de 1.500 habitantes y están organizados por la Universidad de Zaragoza en convenio con las tres diputaciones provinciales aragonesas. Estas financian los gastos de alojamiento, manutención y desplazamientos y gestionan las ofertas de empresas, administraciones locales u otros organismos y las opciones por las que se decantan los estudiantes. Estos programas han acercado en los últimos años a decenas de jóvenes aragoneses las oportunidades profesionales que brindan los pequeños municipios.
"Quería cambiar de aires, no toda la industria está en Malpica", reconocía muy gráficamente el martes en un reportaje sobre el llamado Erasmus rural la zaragozana María Fernández Pacheco, que ha elegido la harinera de Tardienta para realizar sus prácticas de fin de carrera.
Once casos en el Alto Aragón este verano que se suman a los 22 del año pasado en esa provincia, los 162 desde 2018 en la de Zaragoza o los 200 que convocó la de Teruel en 2021. Pueden parecer pocos, pero si la colaboración interinstitucional persiste marcan un camino por el que podría orientarse la solución a la falta de profesionales en el medio rural. No solo es importante visibilizar los atractivos naturales y la calidad de vida que atesora el Aragón menos poblado, es clave crear oportunidades con alicientes suficientes que impidan, por ejemplo, que los centros de salud y consultorios de los pueblos tengan que cerrar este verano por falta de sanitarios.
