Estás fachera, facherita", le dijo una niña a otra mientras merendaban en un cumpleaños infantil. La madre de la niña que acababa de realizar semejante aseveración, hizo una mueca de susto y pudor e interpeló a su hija: "Carmencita, por favor, ¿dónde has aprendido eso? Esa palabra es muy fea. Discúlpate con Jessica ahora mismo". 

La madre de esta, sentada junto a la progenitora de Carmencita, puso cara de circunstancias y respondió: "No te preocupes, Mamen, me hago cargo de que la crispación política está ya en todas partes".

Entre tanto, Jessica no parecía sentirse ofendida porque Carmencita la hubiese llamado fachera. Al contrario, las dos niñas seguían merendando en perfecta armonía. "Mamá, estar fachera es ‘cool’. Hasta hay un emoji facherito", sentenció Carmencita. Mamen, la madre de la criatura con alma de ‘trend-setter’, desenvainó su móvil y leyó en voz alta: "En Argentina y Uruguay, dícese de la persona de buen gusto, que se preocupa mucho por el arreglo y el vestido". "Claro -explicó Jessica mientras mascaba unas gominolas fluorescentes-, a Carmencita le encanta el ‘top rib’ que estreno hoy". "¿El ‘top qué’?", preguntó la madre de Jessica. "Pues… el top fachero, debe de ser", respondió Mamen. Ambas madres se miraron y comenzaron a reírse, ruidosas y desprejuiciadas. "Es de ‘chill’", dijo Mamen, mientras se arrancaba a canturrear: "¡Da-ra-ran, di-ri-ri-ra-ri-ra-ra-ra, ay las babies!". Las niñas, ojipláticas, exclamaron: "¡Oye, que las pre-adolescentes somos nosotras!".