Por
  • José María Turmo Molinos

Zaragoza despide a Nuria Espert

Nuria Espert regresará a Zaragoza en junio.
Zaragoza despide a Nuria Espert
José Miguel Marco

Con la gira de despedida de Nuria Espert, que discurre entre un selecto grupo de escenarios incluido el Principal de Zaragoza, se pondrá fin a la trayectoria inimaginable de setenta y tres años sobre las tablas de este símbolo viviente del teatro español del último siglo al que Zaragoza no debe volver la espalda en justa correspondencia a la complicidad que Nuria manifestó siempre con nuestro público.

Su despedida de los escenarios está constituyendo una delicada liturgia que se inició en abril en el Teatro Romea de Barcelona, donde debutara con catorce años, y que llegará hasta Madrid con estación de gloria en Zaragoza, ciudad talismán para la actriz catalana desde que se presentara en el Principal en 1955, con apenas veinte años, con ‘Diálogo de carmelitas’ y la Compañía Lope de Vega.

Desde aquella fecha, en más de veinte ocasiones Zaragoza tendría ocasión de rendirse al arte de Nuria Espert, incluidos los grandes títulos de su consagración: la ‘Yerma’ de Federico García Lorca en 1973 y ‘Divinas Palabras’, de Valle- Inclán en 1975. Su última presencia en nuestras tablas fue con ‘Incendios’, del canadiense Wajdi Mouawad en 2016, con tal éxito que repitió la visita en 2017 para corresponder al entusiasmo del público. Después, el ‘Romancero gitano’ dirigido por Lluís Pasqual en 2018 pareció el colofón a tan formidable carrera y de hecho se presentó también en Zaragoza en 2020 en el Teatro de las Esquinas. Pero el regalo final ha resultado esta ‘Isla del aire’, con Mario Gas a la batuta, una función para cinco actrices que configuran la conmovedora historia de esa familia de mujeres solas, locas, desesperadas o al borde de un ataque de nervios cuya acción se desarrolla en la isla de Menorca.

Ahora la oportunidad que se brinda al público aragonés es despedir al mito con idéntico amor que el ofrecido por Nuria Espert en esta despedida todavía, inconcebiblemente, en plenitud de dicción, de matices, de emociones… administrando tan sabiamente sus capacidades, sus facultades.

Nuestro agradecimiento, Nuria, por cerrar esta apasionante época del teatro. Llegas a Zaragoza con el cariño que profesaste siempre a la ciudad donde fueron frecuentes las visitas con tu marido, Armando Moreno, y tus hijas Nuria y Alicia. La leyenda queda garantizada y nuestro bicentenario coliseo podrá decir que aquí estuvo con su público en la despedida reconociendo esa vida consagrada al arte y recordándote como una de las grandes damas de la escena de todos los tiempos sin que hubiera para ti secretos ni frontera: desde la interpretación, a la dirección escénica; desde la cinematografía, a la televisión y a la ópera, un mundo en el que te abriste paso a lo grande, con debut en el Covent Garden de Londres con ‘Madame Butterfly’, templo al que regresaste con una ‘Carmen’ legendaria, con Zubin Mehta en la dirección de orquesta, Gerardo Vera en la escenografía y Cristina Hoyos con la coreografía. Con tu despedida se apaga el prestigio poliédrico de una vida fecunda y deslumbrante y de una obra emocionante y magnífica al alcance solo de muy pocas elegidas.

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