El BCE no baja la guardia
El Banco Central Europeo vuelve a subir los tipos de interés, sin salirse del guion oficial.
Esta vez ha optado por un 0,25%, hasta situarse en el 4%. La Reserva Federal de EE. UU. frenó el miércoles en su camino de aumento del precio del dinero. Sin embargo, el BCE mantiene los incrementos, el octavo consecutivo, con el objetivo de aplacar una inflación que se resiste a volver al redil a pesar de que la zona del euro ha entrado oficialmente en recesión. Considera que el alza de los precios sigue todavía descontrolada, sobre todo por la «solidez en el mercado de trabajo», por más que los datos arrojen ya «señales incipientes de debilitamiento». Está claro que el BCE debe cumplir su mandato de mantener la inflación por debajo del 2%, pero esto obliga a los Estados a actuar para evitar que los costes de esta nueva subida de tipos impacten en la ya maltrecha economía de las familias más hipotecadas y vulnerables.
La presidenta del organismo, Christine Lagarde, ha anticipado que «probablemente» tendrá que realizar otro movimiento de 0,25 puntos en julio, lo cual llevará los tipos de interés a su máxima cota desde el año 2000. La institución, muy pendiente de su credibilidad, insiste en que mantendrá una política firme en su lucha contra la inflación, que está mostrando una pertinacia inesperada. Las proyecciones del BCE sobre el descenso que vivirá la inflación apuntan a que se alcanzará el 2,2% en 2025. Con este horizonte temporal de dos años por delante de crecimiento de precios superior a lo deseado, se entiende mejor la decisión tomada por el eurobanco, que no quiere sorpresas. Sea como fuere, la persistencia de la inflación choca con la necesidad de modular los efectos en el crecimiento económico y en las rentas de los hogares europeos, que han visto cómo sus hipotecas se encarecen y su consumo interno disminuye.
