Aniversario de un gran éxito

Tres lustros después del histórico éxito que supuso la Expo para Zaragoza, el recinto que albergó la muestra internacional supera el 90% de ocupación aunque todavía seguimos a la espera de revitalizar los edificios icónicos que aún no tienen un uso concreto. La reapertura este año del Pabellón Puente, la singular obra de la arquitecta Zaha Hadid, como sede del Mobility City debe servir de acicate para que las administraciones involucradas concreten de una vez el destino de esas infraestructuras. El pabellón de España, el de Aragón y la Torre del Agua siguen esperando una solución que les permita contribuir al motor que Zaragoza tiene en Ranillas. Además, Aragón debe reeditar, hoy más que nunca, su compromiso con el legado intelectual de la Expo: el uso del agua.

Zaragoza estuvo a la altura del desafío de 2008. Los contenidos, la participación ciudadana, la llegada de visitantes de todo el mundo y las obras acometidas son una herencia que la ciudad atesora para siempre. Respeto a las infraestructuras, el futuro del rutilante recinto que la albergó ya estaba definido tal día como hoy hace 15 años, cuando se inauguró en una extraordinaria ceremonia de gran eco internacional. Los pabellones y las infraestructuras que se construyeron para la muestra transformaron la ciudad, sobre todo en torno al Ebro. La reutilización prevista iba a continuar esta transformación. Sin embargo, la recesión económica que se manifestó con toda crudeza en Aragón y el resto de España justo a finales de ese mismo año, obligó a paralizar y redimensionar el proyecto. Pese a las dificultades y más lentamente de lo previsto, el plan se fue consolidando y hoy es un complejo prácticamente ocupado en su totalidad. Queda ahora la tarea de poner en servicio los edificios que permanecen vacíos. Ha pasado tiempo más que suficiente para haber saldado esta deuda.