‘La Promesa’ engancha

Llevo semanas enganchada a ‘La Promesa’, la serie que emite TVE1 y en la que, al estilo ‘Arriba y abajo’, se narra en clave española la vida en su gran mansión de unos marqueses, su familia y sus criados. 

No sé cómo, pero esta serie ha conseguido que entre a saco en sus capítulos y en las existencias de sus protagonistas, llegando, incluso, a preocuparme por el destino de algunos de ellos. Esta entrada sin freno en ‘La Promesa’ no es la primera de mi vida, digamos, audiovisual, ya que en su día disfruté enormemente con la estupenda ‘Arriba y abajo’, en la que todo era impecable, y hace unos pocos años volví a dejarme engatusar felizmente por ‘Downton Abbey’, otro lujo televisivo en el que los miembros de tan aristocrática familia vivían a lo grande.

Con la española ‘La Promesa’ estoy disfrutando y lo hago siendo consciente de sus excesos y defectos, que se prolongan capítulo a capítulo. Es una serie con momentos brillantes, con un puñado de actores que lo hacen estupendamente frente a otros a los que rápidamente se les ve el plumero y son rematadamente malos, también como intérpretes. Pero, el argumento…, el argumento tiene de todo: personajes de una maldad espantosa, criados respondones y mayordomos dictadores, historias de amor que se multiplican y, sobre todo, una apuesta clara: los personajes femeninos son más ricos, inteligentes, brillantes e ingeniosos que los masculinos, casi todos ellos acobardados ante la fuerza de la mujer. No sé hasta cuándo durará, pero, de momento, ahí estoy, enganchada a ella.