Tras su victoria en las elecciones autonómicas, el PP aragonés prepara la formación de gobierno.

Un proceso que será laborioso y quizás largo, pues los 28 escaños con los que cuenta están lejos de los 34 de la mayoría absoluta, y que puede verse afectado por las estrategias de los partidos de cara a las inminentes elecciones generales. Azcón aspira a gobernar en solitario y sin hacer concesiones a Vox, pero necesitará que los diputados de esa formación al menos se abstengan en las votaciones de investidura.

Jorge Azcón, que consiguió el domingo que el PP aragonés fuera el partido más votado y que pasara de 16 a 28 escaños en las Cortes de Aragón, ha anunciado que iniciará muy pronto una ronda de contactos con todas las fuerzas parlamentarias para pulsar sus posiciones respecto a la investidura. Pero hay que dar por supuesto que los partidos de izquierda (PSOE, CHA, Podemos e IU), que suman también 28 escaños, votarán en su contra. De manera que las negociaciones para conseguir una mayoría suficiente tendrán que centrarse en Vox, Aragón Existe y el PAR. El PP, cuya junta directiva nacional se reunió ayer, intentará evitar o reducir al mínimo las concesiones a Vox, sobre todo en las semanas previas a los comicios convocados para el 23 de julio. En consonancia, la aspiración del líder popular aragonés es la de formar un gobierno en solitario. Conseguir los acuerdos necesarios para ello requerirá habilidad negociadora y puede resultar complicado. Especialmente difícil parece que Vox comprometa su abstención sin exigir contrapartidas. Las nuevas Cortes se constituirán el 23 de junio y a partir de ahí hay un plazo de dos meses para la investidura del presidente del Gobierno autonómico, de manera que no cabe descartar que el acuerdo se retrase hasta después de las elecciones generales, aunque lo deseable sería que la Comunidad contase cuanto antes con un Ejecutivo con claras bases de estabilidad.