El PP ha dado este domingo, en las elecciones municipales y autonómicas, un vuelco al mapa del poder local, tanto en Aragón como en el conjunto del país. En las Cortes aragonesas llega hasta los 28 diputados y Jorge Azcón podrá gobernar con el apoyo de Vox. 

Mientras tanto, las tres capitales de provincia tendrán alcaldesas ‘populares’, también con el respaldo del partido que lidera Santiago Abascal. Esta ola azul baña feudos clave al PSOE como las ciudades de Sevilla, Valencia, Valladolid y Palma, mientras que el bloque de la derecha sumaría en la Comunidad Valenciana, Extremadura, Baleares, Cantabria y La Rioja y aún disputa otras comunidades. Este vuelco, aunque previsible porque el PP ha absorbido todo el voto de Ciudadanos y porque Podemos se desmorona, representa un claro voto de castigo al Gobierno central y potencia las opciones de Núñez Feijóo de llegar a La Moncloa en las elecciones generales de final de año.

El Partido Popular ha logrado una contundente victoria electoral en Aragón. Es la fuerza más votada en las tres provincias, podrá gobernar cómodamente en el Pignatelli y también en las alcaldías de Zaragoza, Huesca y Teruel, así como en buena parte de los grandes núcleos de población. Si buenos han sido los resultados de Azcón, no menos lo han sido los de Natalia Chueca, Lorena Orduna y Emma Buj. ¡Tres mujeres al frente de las tres capitales! El líder del PP aragonés, que ha llegado a las urnas con el impulso de una reconocida gestión en el ayuntamiento de Zaragoza, ha hecho un notable esfuerzo durante la campaña y los electores se lo han reconocido. El PSOE ha resistido, pero Javier Lambán, que ha trabajado con denuedo por la Comunidad durante las dos últimas legislaturas, no podrá repetir en la presidencia por el pinchazo de Podemos, la fragmentación de la izquierda y la pulsión antisanchista. En un contexto de revitalización del bipartidismo, Aragón Existe se estrena en la Comunidad con tres escaños, Cs desaparece y el PAR salva un único diputado por Teruel.

En el conjunto del país, los populares obtienen una sustancial victoria con casi un 3,5% más de votos que los socialistas. Se trata de un cambio de ciclo que allana el camino para Núñez Feijóo en la carrera hacia La Moncloa. Los ciudadanos se han podido expresar a través de las urnas y le han dicho al presidente del Gobierno que no les gustan sus pactos con partidos que rechazan la Constitución. Mención aparte, merece el inquietante crecimiento de Bildu en el País Vasco y en Navarra. Las elecciones tienen siempre diferentes lecturas. Si bien establecen un reparto del poder en las instituciones, también lanzan mensajes que los gobernantes deben saber interpretar.