'El mazazo', de Katia Acín
'El mazazo', de Katia Acín
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La definición de la palabra ‘pasear’ dice: Andar por placer o para hacer ejercicio por un lugar, generalmente al aire libre, despacio y sin un destino determinado.

Casi todas las mañanas salgo a pasear con mi madre por los alrededores de casa. A veces tomamos un aperitivo, que no todo es aire libre pues para eso quedan mis paseos por el campo. Y a veces entramos a La Lonja o a La Casa de la Mujer aunque mi madre, que siempre me llevaba de exposiciones cuando éramos jóvenes y había muchas galerías de arte (recuerdo la primera vez que fuimos a la Miguel Marcos porque nos costó encontrar la calle Ciprés), ahora se resiste un poco pues su vista ya no es lo que era.

También muchas tardes, hacia la hora del crepúsculo, salgo a pasear con Antoine, por placer y por hacer ejercicio, y un poco al albur de nuestros pasos. Con frecuencia hacemos escala en el Paraninfo. Siempre es un placer recorrer su ‘claustro’ y luego ver una exposición. Allí hemos visto ‘Gran mujer’ de Katia Acín, que me ha encantado por la energía y la honestidad que desprende su obra, y porque su carrera artística empezó matriculándose en Bellas Artes después de jubilarse como docente. A mis ojos, Katia Acín fue una mujer admirable. La primera exposición que vi de ella fue en diciembre de 2004 en la desaparecida galería ‘La Carbonería’ de Huesca, cuando a la artista le quedaban pocos días de vida. Lamenté entonces no haber podido conocerla aunque, después de tantos años, tengo la impresión de que su vida sigue transcurriendo por las líneas blancas sobre fondo negro de algunos de sus grabados. 

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Cristina Grande)

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