Por
  • Cartas al director

Cartas al director de HERALDO: La Administración y la inteligencia

Mejorar la atención al ciudadano ha de ser uno de los principales objetivos de una reforma de la Administración.
Mejorar la atención al ciudadano ha de ser uno de los principales objetivos de una reforma de la Administración.
Guillermo Mestre

La Administración y la inteligencia

Tenemos la idea general de que nuestra Administración es lenta en la manera de actuar y tarda demasiado tiempo en la resolución de los problemas. En algún caso la lentitud puede estar justificada por la complejidad de los problemas que afronta; y porque, además, a veces se ve enrevesada por la actuación ciudadana o por la falta de medios, bien sean personales o técnicos. 

Por contra hay situaciones que se resuelven con una inaudita velocidad de vértigo, singularmente cuando se trata de cobrar. Como ejemplo, el IBI. Inexorablemente a principio del año el recibo comienza a circular caiga quien caiga. El asunto es simple, pero se vuelve complejo si el inmueble ha cambiado de dueño el año precedente. El propietario anterior no tiene ya ninguna obligación por lo que devuelve el cargo. La Administración reincide en la causa puesto que según las listas catastrales es correcto. En la fase 2, el catastro reconoce que ha recibido el preceptivo documento notarial pero que está en el plazo reglamentario para la nueva inscripción. Ante la pregunta de tal plazo la respuesta es contundente: son seis meses. ¡Vaya pachorra administrativa! Como asesoría ‘familiar’ se sugiere llegar a un acuerdo con la actual propiedad para que de modo privado asuma el gasto. Muy sencillo, salvo cuando el nuevo dueño es una empresa que obviamente no puede justificar nada ‘bajo mano’. Una nueva, y fiel, asesoría le indica que debe comparecer ante la Administración recaudadora, fase 3, para rogar que la carta de pago vaya a su nombre, algo que por fin se hace. Todo este lío del recibo no es ‘de recibo’ para el ciudadano. No resulta extraña, por tanto, la ansiedad por la inteligencia artificial, porque la natural, en sonadas veces, brilla por su ausencia.

Francisco Alós Barduzal. ZARAGOZA

Vuelta al paraíso

Dentro de unos dias volveré a pasearme en mayo por Zaragoza, como llevo haciendo desde que me jubilé hace ya diez años. Mi única aprensión en mis paseos es encontrarme con los pesados, que son legión, que cuando saben que vives en el extranjero te dicen: «¡Qué bien se vive en España!». Siempre me pregunto qué entenderán por vivir bien. ¿Entenderán que vivir bien no es pagar una cerveza barata porque el camarero gana poco y trabaja mucho? ¿Sabrán que vivir bien significa servicios públicos gratuitos, tener trabajo fijo con un buen sueldo, tener casa con jardin, escuelas, libros y guarderias gratis desde los dos años, una buena jubilación, una buena seguridad social sin esperas, no quedarse a vivir con sus padres hasta pasados los 30 años? Siempre he considerado que los que presumen de algo que tienen son personas prepotentes pero, al contrario, los que presumen de algo que no tienen son ignorantes y me imagino que tendrán algún complejillo de tiempos pasados. Yo por mi parte no me amargo el día respondiendo y explicando cómo se vive por otros países en los que llevo ya casi cincuenta años, sería misión imposible, y me dedicó a aprovechar al máximo la estancia en mi ciudad, aunque algunos me tomen por tonto porque, pudiendo, no vuelvo de nuevo a mi ciudad paradisiaca.

Luis Navarro Valenzuela. ZARAGOZA

La cruz y la moneda

Un amigo viejo, curioso, duro pero bueno, me respondió sonriente, cuando le pregunté por qué llevaba en el cuello una cruz y una moneda, que siempre habían sido para él símbolo y fundamento vital. Me explicaba que la plaga de libros de autoayuda que se publican actualmente, algunos de ellos superventas mundiales, ha hecho mucho daño. Que sus proclamas y reclamos tipo ‘porque yo lo valgo’, ‘el poder de la mente’, ‘si quieres puedes’ o ‘hazte rico en un año’ son promesas irreales y que sólo el 1% de los lectores alcanza los objetivos prometidos. Que el antídoto contra el estrés y la ansiedad global, las plagas víricas, las guerras injustas, los desastres naturales, es decir, los terribles desafíos actuales no está en los nuevos dioses, como son las series alienantes, el Youtube, las plataformas o el sexo virtual y frío. Para mi amigo la espiritualidad, el ahorro, la constancia y la educación, es decir, los valores clásicos se estaban difuminando dejando al ser humano vacío. Para él las monedas y las cruces simbolizaban los valores tradicionales, los valores de toda la vida, los que mantenían el alma sana y fuerte. Que con estos símbolos le había ido bien en su larga vida. No es de extrañar que muchos consideren a mi amigo un tipo trasnochado, caduco y pasado de moda.

Miki Romanos Mur. ZARAGOZA

La incultura del ruido

Cada vez son más las voces que denuncian la existencia en Zaragoza de un gran problema: el ruido. En los últimos años ha ido a peor, afecta a más de 200.000 ciudadanos según el propio Ayuntamiento. Básicamente hay dos focos, que además se complementan. El primero es que, aprovechando la pandemia, se ampliaron las terrazas con el fin de elevar el vaso de tubo y desahogar al gremio. Eso implica menos espacio para aparcar y mucho más ruido. Ahí entra el segundo foco, el de las chácharas de gente en estas terrazas, dando rienda suelta a sus discusiones y elevando tonos con el añadido del alcohol. Se agrava esto último con el buen tiempo. Dicho espacio destroza los tímpanos del sufrido habitante en su vivienda. Vienen elecciones y una de las cuestiones para arreglar es sin duda la del ruido. Hay que regresar al espacio de antes, incluyendo vigilancia de lugares de los que, a las tantas de la madrugada, sale personal con cantos, vómitos y gritos, destrozos y orines directos a esas mismas plantas que ha colocado el consistorio. Hay que mostrar atención a estas molestias a la gente que aguanta en sus casas ruidos infernales, deteriorando salud y rompiendo derechos básicos. Y en cualquier barrio de la ciudad, no en unos pocos. De cara a las votaciones lo tengo muy claro. Menos flores y luces extra y más vigilancia con temas en verdad básicos.

Fermín Alonso López. ZARAGOZA

Huelga de hambre

Tiempo hace que no aparecía una noticia como esta. El presidente de la asociación Adislaf va a comenzar una huelga de hambre para denunciar el abandono que sufre, por el Gobierno de Aragón, la atención a la discapacidad intelectual por los recortes en los servicios sociales. No es la primera vez que esta entidad se moviliza, lo ha hecho con gobiernos de todo color, denunciando incumplimientos; pero es la movilización más duradera, 250 días saliendo a la calle apoyados por los padres, que también sufren dicho abandono. Tomar la determinación de iniciar una huelga de hambre, una persona cercana a los 80 años, para evitar el deterioro de la atención a las personas con discapacidad intelectual, hace pensar que la protesta está más que justificada.

Francisco Alvira Subías. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

cartas@heraldo.es

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión