Más que un campo de fútbol
El Real Zaragoza ha presentado el anteproyecto del nuevo estadio de La Romareda. Lo califica como una instalación icónica, sostenible y con inspiración aragonesa. El prestigioso arquitecto César Azcárate, autor del proyecto, ha destacado que tendrá usos más allá de los deportivos, un aspecto que se ha tenido muy en cuenta de cara a su diseño.
Aciertan todos al proponer una vanguardista infraestructura de configuración flexible porque la capital necesita que sirva para albergar múltiples competiciones, espectáculos y eventos, además del fútbol. La nueva Romareda debe actuar como un espejo en el que la cuarta ciudad española desea mirarse como representación de su capacidad para crear y trascender, para construir símbolos reconocibles nacional e internacionalmente.
El club ha revelado el diseño de su propuesta del nuevo campo coincidiendo con el fin del plazo marcado por la Federación Española de Fútbol para que las ciudades candidatas al Mundial de 2030, que aspiran a organizar España, Marruecos y Portugal, entreguen sus planes detallados. El anteproyecto presenta un estadio muy compacto, con fachadas cóncavas y convexas que ayudarán a protegerlo del cierzo, con diversos usos terciarios, con zonas de localidades ‘premium’ y con un quinto nivel, que incluirá un paseo de 360 grados que permitirá ver la ciudad y el terreno de juego.
Una propuesta de un estadio atractivo y vanguardista exige que los partidos políticos eviten convertirlo en arma arrojadiza durante la campaña electoral que acaba de empezar. Al revés, lo que debe concitar es consensos y respaldos. La Zaragoza de la tercera década del siglo XXI debe comprometerse en la tarea de aumentar su calidad de vida. Este es uno de los principales valores y debe potenciarse con construcciones arquitectónicamente singulares que actúen como reclamo para múltiples actividades.
