Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Nostalgias imperiales

Rusia celebra el Día de la Victoria sobre la Alemania nazi
Nostalgias imperiales
Agencias

Hay quien mira el presente con ojos de futuro; son los soñadores de utopías. También hay quien mira la realidad con ojos de pasado y hace de su defensa una cruzada. Tanto las utopías como las nostalgias tienen un gran poder movilizador. 

Putin ha vivido ambas circunstancias, una vez como agente de la ‘utopía comunista’ y otra como presidente de un país invasor. Hoy prefiere aferrarse al poder utilizando la segunda, el viejo expansionismo zarista. Al fin y al cabo, como explicó Kapuscinski, Rusia es un inmenso país habitado por un pueblo al que desde hace siglos mantiene unido una idea vivificante: la ambición imperial.

La utilización de la nostalgia no es algo exclusivo de Putin. El Reino Unido acaba de celebrar la coronación de Carlos III con una liturgia propia de la que fue la gran potencia mundial en los siglos XVIII y XIX. También Francia resucita ocasionalmente su ‘grandeur’ de metrópoli colonial. Pero la ensoñación imperial de los británicos, de los franceses y aun de algunos españoles (de aquel imperio donde nunca se ponía el sol) no es agresiva. Sí es amenazante la ambición de los ‘neoimperialistas’ que rechazan la democracia: el chino Xi Jinping, que aspira a ser protagonista del escenario internacional como lo fue el Imperio del Centro; Erdogan y su ‘neo-otomanismo’ para recuperar la influencia del antiguo imperio turco; o los ayatolás iraníes, que reclaman el peso de los persas.

Líderes ultranacionalistas se consolidan hoy sobre legados imperiales que se creían definitivamente relegados desde que Fukuyama proclamó el fin de la historia.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Javier Rueda)

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