Por
  • David Serrano-Dolader

El nieto de Freud

Foto de la exposición 'Lucian Freud. Nuevas Perspectivas', dedicada al pintor británico en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Foto de la exposición 'Lucian Freud. Nuevas Perspectivas', dedicada al pintor británico en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
J.J. Guillén /EFE

Todos ustedes conocen a Sigmund Freud, el denominado ‘padre del psicoanálisis’. Pues, siguiendo con la familia, voy a hablarles de su nieto: el pintor británico Lucian Freud. Si me dan a elegir, y sin desdeñar los logros de Sigmund (aunque sus sueños derivan con frecuencia en pesadilla), me quedo con los rostros descompuestos y magistrales del nieto. 

Ah, ¡y con sus descarnados desnudos!, aun a riesgo de que el bueno de Sigmund me pudiera acusar de pansexualista o de cosas peores.

Consejo impagable: si no la han visto ya, pillen un AVE, vacíen su mente y déjense llevar… a la exposición ‘Nuevas perspectivas’ en el Thyssen de Madrid. Son más de 50 obras que van a dejarles perplejos, anonadados y desgarrados. Quedan ustedes avisados: ¡hasta el 18 de junio! Yo descubrí la obra de este genio en el Kunsthaus de Zúrich hace más de 30 años… y mi admiración por él crece y crece. En mi canon de belleza, Freud es a la pintura lo que Springsteen a la música o lo que Valle-Inclán a la literatura. ¿Como Maradona o Messi? ¡Qué va: mucho mejor! El caos, la pulcritud, los reflejos, el detalle, la piel, la carne. Esto no es arte, ¡es maravilla maravillosa! Déjese tentar, malear, sorprender, persuadir, epatar y arrastrar. Lucian era (y es) un mito. Si quiere perdérselo, allá usted con su conciencia. Si no se pasea por el Thyssen, está usted en peligro de que se agrande su complejo de Edipo (Sigmund ‘dixit’). ¡Y punto redondo!

Como diría el loco: pintor que pinta pintura, no es pintor sino hermosura.

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