Basajaun y la txarriboda

Flores depositadas en el lugar donde fue asesinado el presidente del PP en Aragón, Manuel Giménez Abad.
Flores depositadas en el lugar donde fue asesinado el presidente del PP en Aragón, Manuel Giménez Abad.
JOSE MIGUEL MARCO

Ayer, 6, hizo veintidós años del asesinato de Manuel Giménez Abad por el comando etarra Basajaun. Según la autoridad fiscal, eran Mikel Carrera (jefe) y Miren Zaldua (la asistente). Desde enero se les acusa de asesinato terrorista alevoso. Mataron a Manuel a tiros (por la espalda; y ya yerto en el suelo) ante los ojos incrédulos y despavoridos de su hijo menor.

El nombre elegido por los pistoleros para identificarse es revelador. Basajaun es un gigante descomunal que vive en los bosques de Vasconia y representa la fuerza del mundo primitivo. ‘Basa’ es silvestre, salvaje; y ‘jaun’ es señor. El Señor Salvaje (nada que ver con el Mr. Natural de Crumb, el gurú trapacero), es el gigante originario, la fuerza sobrehumana y primaria de lo no contaminado. Que estos sujetos se viesen a sí mismos de tal modo refleja su psicopatía narcisista y la cualidad (pretendida) de héroes míticos.

En los años de plomo, empezaron a verse grupos de ciudadanos silenciosos que apoyaban en la calle a las familias víctimas de ETA. Su pionera fue la organización Gesto por la Paz. Lo contó, en un casi desconocido libro, Ana Gómez Moral. No siempre fueron bien comprendidos. Frente a ellos, de forma invariable, grupos hostiles y coordinados vociferaban rítmicamente "¡ETA, mátalos!". Gómez Moral recuerda con desaliento que un mando de la policía vasca y un prelado, unánim y separadamente, les dieron su ‘solución’: que se quedaran en casa, para no empeorar la cosa.

Fernando Savater es un ciudadano valiente y comprometido, uno de esos doscientos mil vascos (cien mil, para el Gobierno aranista: trescientos mil, para el PP) que, según el Euskobarómetro de Francisco Llera, no pueden votar en su tierra de origen porque el terrorismo vasco les forzó a abandonarla. Nadie ha atendido la petición de que se tenga en cuenta la circunstancia a los efectos de la legislación electoral.

El Foro Ermua, de cuya condición vasca no cabe duda– afirmaba que esa diáspora inicua era hija "del nacionalismo impuesto con la utilización desleal de todos los resortes del poder autonómico".

Savater razona de forma similar. Esos hechos son fruto "de la trama de complicidades y apoyos al entorno social etarra con que el PNV, EA e IU han procurado rentabilizar políticamente durante los dos últimos años –escribe en 2004– el clima de coacción que la banda supo imponer, presentándose como sus herederos ante su probable próximo finiquito". Lúcido hacia atrás y hacia adelante.

La Ley de Partidos (2002), y los Tribunales Supremo (2003), Constitucional (2004) y Europeo de Derechos Humanos (2009) marcaron la derrota legal de Eta y Batasuna

Ilegalizar partidos

Herri Batasuna y Batasuna hoy funcionan con otros nombres (Sortu, Bildu) y se encarnan en Otegi o Aizpurua (exmiembro el uno y valedora la otra del grupo terrorista). Fueron declarados partidos ilegales por ser parte orgánica de ETA. En 2023 no deben olvidarse dos cosas. Una, que la Ley de Partidos Políticos que lo permitió, aprobada en 2002 por 304 votos contra 16, no tuvo el apoyo unánime del Congreso (los nacionalistas votaron en contra. Un diputado aragonés, opuesto a la ley, abandonó la sesión. Otra, que se vaticinaron catástrofes si se procedía a esa ilegalización. Nada de eso: allí empezó el penúltimo capítulo de la vida de ETA. Las Cortes dieron un paso decisivo que debe seguir vivo y activo en la memoria colectiva.

El Tribunal Supremo, el 27 de marzo de 2003, ilegalizó esas formaciones por ser en realidad un disfraz de ETA. El Tribunal Constitucional ratificó la decisión el 16 de enero de 2004. Y el 30 de junio y el 6 de noviembre de 2009 el que aprobó, y de forma aplastante, unánime y contundente, las decisiones de los altos tribunales españoles fue el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Es saludable tener presente que las sentencias de esta corte judicial tienen, funcionalmente, para los estados miembros, fuerza equiparable a la de la Constitución.

Formalmente, ETA ya no existe. Decir lo contrario pone de los nervios a algunos políticos (su arquetipo podría ser el exlehendakari socialista López, que se irrita mucho con esto). Pero –en frase reciente de Llera–, "el terrorismo vasco es un muerto mal enterrado, un ‘walking dead’" y pervive una red de "odio étnico, herencia subcultural del terrorismo". Ya se lo han hecho pagar en su Facultad.

Tradiciones persistentes

Hay muchas leyendas vascas como las del Basajaun: Mari, Prakagorri, Olentzero... Algunas tradiciones ancestrales inventadas hace cuatro días. Una tradición material es la txarriboda’, que algunos traducen como matacía, pues ‘txarri’ significa cerdo. (Lo correcto es entender ‘festín de cerdo’ (lo de ‘boda’, palabra castellana, alude al banquete nupcial). En el acervo popular vasco, tan a menudo mezclado con el venero de la lengua española común, se ha conservado esta frase: "Txarriboda: uno mata y otro tira de la pata". Eso hizo Basajaun, pendiente aún de juicio en España por haber asesinado a Manuel, ayer hizo veintidós años.

(Puede consultar aquí todos los pódcasts y artículos escritos en HERALDO por Guillermo Fatás)

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