Director de HERALDO DE ARAGÓN

Choques previsibles

Jorge Azcón y Javier Lambán, en el palco de la Romareda.
Jorge Azcón y Javier Lambán, en el palco de la Romareda.
José Miguel Marco

La semana se ha confirmado agitada. La preocupación por la captación del voto y, aún más importante, por evitar su pérdida, ha vuelto a dar sentido a los movimientos políticos. La unión de estaciones de esquí queda aparcada por el temor del PSOE oscense a sufrir un desgaste en la intención de voto en la zona pirenaica. La Diputación de Huesca renuncia al proyecto con fondos europeos mientras se oficializa el enfrentamiento con el Gobierno de Aragón. Miguel Gracia y Javier Lambán han expresado sin disimulo sus enconadas diferencias sobre las que, curiosamente, no parece existir mayor preocupación en el seno del PSOE. A pocos días del inicio de la campaña, la pelea interna, tan castigada por el votante, parece que no computa a ojos de los dos dirigentes socialistas.

El presidente de Aragón, que se acomoda en la toma de distancia respecto a la unión, mantiene abierto, mientras tanto, el enfrentamiento con el Ayuntamiento de Zaragoza. Un nuevo requerimiento de la DGA sobre la tramitación del futuro campo de fútbol define la relación entre las dos instituciones en el choque permanente, costando reconocer dónde encuentra el PSOE su beneficio electoral en un asunto que posee una elevada y delicada carga emocional en Zaragoza y en Aragón. Además de los abonados, son muchos los aficionados que no comprenden las dificultades de un proyecto que sí que cuenta con la fuerza necesaria como para influir en el voto. El campo, motivo de debate en una ciudad que ha ascendido al cuarto puesto nacional por población, no es ni una cuestión menor ni un asunto sobre el que los zaragozanos no tengan una opinión formada.

A los distintos frentes que sostiene Lambán se añadía también esta semana una nueva referencia nacida en la contienda nacional. El presidente, que se mueve en una equidistancia calculada con Moncloa, optó por alinearse con Isabel Díaz Ayuso en su encontronazo protocolario con el ministro Félix Bolaños en la festividad del Dos de Mayo. «Un ministro no es fundamental en un acto autonómico», sentenció Lambán, permitiendo que cada cual se sintiese libre de establecer las referencias que considerase más oportunas.

No es Lambán un político que deje en manos del azar sus decisiones, por lo que toda esta secuencia de desencuentros en la antesala de la campaña le ha permitido disfrutar de un protagonismo que cree que debe mantener frente al candidato popular, Jorge Azcón, de quien el PSOE considera que ha empezado demasiado pronto su campaña. Como sobre táctica se ha escrito mucho y no existe mejor juez que la noche electoral, habrá que esperar para conocer quién tiene razón, aunque si el PP ha comenzado con prontitud su campaña, el PSOE mantiene una actividad electoral desde hace meses.

El voto de estas autonómicas y municipales, que serán interpretadas como una primera vuelta de las nacionales por aquel que gane, lleva tiempo recibiendo el impacto de las políticas de Pedro Sánchez. Desde la subida de las pensiones hasta la rebaja del IVA en algunos alimentos, sin olvidar la ayuda a las gasolinas o el incremento del salario mínimo, el Gobierno ha ampliado una cobertura social que, sin duda, repercute en la intención de voto. Lambán, pese a la ambigüedad con Sánchez y su decisión de hacer una campaña en la que evite el cara a cara con Azcón, intuye los muchos beneficios que le reporta el maná del Ejecutivo central.

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