Responsable de redacción en heraldo.es

Las alas en la mochila

Dos niños de camino al colegio en un momento del estudio.
Dos niños de camino al colegio
UMA

Hay mochilas que pesan una barbaridad. Sobre todo aquellas que transportan la frustración, el dolor, el temor a recibir palabras dañinas de alguien que se cree superior. Hay mochilas que parecen estar atornilladas al suelo, es prácticamente imposible moverlas, como si se negaran a obedecer a su portador. 

Rubén recuerda cuando iba alegre al colegio. Era como si de su mochila salieran dos alas que le llevaban en volandas. Pero aquellos días luminosos quedan muy lejanos. Desde hace tiempo, arrastra los pies hacia clase porque le atormenta demasiado la angustia de pensar que se va a repetir la escena en la que él nunca es el actor protagonista que sale airoso del trance.

Cada mañana le es más difícil afrontar el reencuentro con quienes le atemorizan. Siempre es el receptor de los improperios, las bromas pesadas y las mofas, cuando no se escapa algún codazo que le deja moratones.

Le gustaría ser valiente, ser capaz de pasar a la acción. De momento, trata de responder con el látigo de la indiferencia, como cuando su abuelo le enseñó a no correr si un perro ladraba a su paso porque, de hacerlo, tenía más posibilidades de ser víctima de sus dentelladas. Pero aún no tiene la suficiente fortaleza para que le resbalen las acciones de quienes le acribillan. Espera que algún día alguien más fuerte dé la cara por él. Aunque sabe por experiencia que eso es difícil que ocurra: quien alguna vez le ha defendido, también se ha convertido en objetivo de los acosadores.

Este martes ha sido el Día Internacional contra el Bullying o Acoso Escolar. Pero hoy, mañana, y todos los días sigue habiendo niños como Rubén que sueñan con ir felices al colegio, como impulsados por una mochila con alas.    

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión