¿Han probado el Chat GPT?

¿Han probado el Chat GPT?
¿Han probado el Chat GPT?
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Estoy empezando a creer en y a temer a la inteligencia artificial, aunque me sigo declarando escéptico y alejado de los pronósticos que hacen los gurús del ramo, después de comprobar, por mí mismo, el funcionamiento del novedoso y último grito de esta tecnología, aunque yo sea usuario del nivel más sencillo de este prometedor ‘chat’, pues me dicen que existen versiones ‘pro’ que hacen verdaderas maravillas supliendo el quehacer humano. 

Un gabinete de abogados amigos me cuenta que la versión de la que ellos disponen –de pago, como es natural– les prepara unos informes técnico-jurídicos que rozan la perfección; y aunque empleen el nivel más elemental, los escolares han aprendido ya a que les haga las redacciones y muchos de sus trabajos ese omnisciente enanito que debe de estar tras las pantallas de sus tabletas y PC.

Cuando un lego en informática prueba un programa de inteligencia artificial (AI) como Chat GPT, sorprenden sus capacidades, pero también se descubren pronto algunas de sus limitaciones

Se habla del crecimiento exponencial de esta nueva tecnología, y del riesgo que a medio plazo entraña para la desaparición de numerosos puestos de trabajo, lo que ha llevado a un grupo de científicos a firmar un manifiesto solicitando una parada en el desarrollo de la inteligencia artificial, pues les atemoriza lo que puede llegar a suponer de revolución en nuestra forma de trabajar y de vivir.

Instalen, o que les instalen, el famoso ‘chat’, y pídanle que les organice un fin de semana, pongamos por caso, en Madrid. De inmediato les va a escribir en la pantalla un plan completo para estar un par de días en la villa y corte, incluyendo recomendaciones de visitas, restaurantes, etc. El paso siguiente podrá ser ofrecer un servicio de reservas, la compra de unas entradas para un espectáculo y vaya usted a saber. O pídanle un poema de amor, cosa que más de un enamorado poco letrado podría intentar para complacer a su amada: les soltará un poema –a veces te sale con un mal ripio– que contiene todas las palabras que suelen contener todos los poemas de amor que se han escrito a lo largo de la historia. Es la inteligencia artificial… aunque se descubre la falta de inspiración romántica, ese ‘élan vital’ que ilumina la inteligencia natural.

Se habla de prohibir este Chat GPT, por los fraudes académicos que pudieran producirse a su amparo; de las tesis doctorales confeccionadas en un copia y pega, de los trabajos escolares realizados sin esfuerzo alguno, de las críticas de libros y de películas en los que no fuera necesario ni leer ni visualizar.

En todo caso, la influencia de la AI no ha hecho más que empezar

No sé lo que va a ocurrir, pero sé que se acercan tiempos convulsos y que nuestro modo de vivir va a verse afectado de una forma desconocida; pero habrá que dejar a las nuevas generaciones que nos siguen la tarea de incorporar y asimilar todos estos cambios tan enormes y tan inciertos que nos acechan a la vuelta de la esquina. Yo me limitaré hasta el fin de mis días a tratar de mantener despejada la poca o mucha inteligencia natural de que dispongo sin entrar en estos nuevos berenjenales. Trataré de vivir a mi manera, como cantaba Frank Sinatra.

Y, por cierto, ¿habrá inteligencia artificial capaz de susurrar las canciones como lo hacía la voz de este gran ‘crooner’?

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por José Luis de Arce)

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