Sequía, nieve y futuro

Sequía, nieve y futuro
Sequía, nieve y futuro
Heraldo

Peter F. Drucker (1909-2005) publicó ‘Management challenges for the 21st century’ en 1999. Se tradujo al español ese mismo año como ‘Los desafíos de la administración en el siglo XXI’. Pese a ser un libro y un autor del siglo pasado, sigue siendo oportuno considerar las ideas que proponía. 

Entre otras razones porque tuvo la capacidad de identificar procesos fundamentales y duraderos en la gestión de organizaciones, por extensión, en las políticas públicas. Además, hacía "un llamamiento a la acción" que encaja con nuestras circunstancias sociales, económicas y medioambientales.

Las tensiones geopolíticas eran otras y quedaban en un segundo plano, aunque China y Rusia estaban en su horizonte, al igual que los procesos migratorios. Intuía los efectos de la digitalización y de las computadoras. Enfatizaba (hace un cuarto de siglo) que "tanto las empresas como los particulares tendrán que aprender qué información necesitan y cómo obtenerla. Tendrán que aprender a organizar la información como su recurso clave". Ahí apuntaba el germen del ‘datacapitalismo’ contemporáneo.

El libro no tiene desperdicio sobre todo en lo que corresponde a los procesos de innovación y anticipación. Afirmaba: "No se puede gestionar el cambio. Sólo se puede ir por delante". Su modo de plantear la gestión de las organizaciones sigue siendo un referente, justo respecto del cambio y la innovación. Elaboró una teoría de la que cabe destacar su política del ‘abandono organizado’. Es decir, apostaba por una manera consciente de revisar qué elementos, estructuras y procesos deben abandonarse para no lastrar a una organización. Apostaba por tomar conciencia y actuar. Definía tres casos donde "la acción correcta es siempre el abandono total". Primero, cuando "aún le quedan unos buenos años de vida". Segundo, cuando "está totalmente amortizado". Tercero y más importante para Drucker, cuando se descuida lo nuevo por mantener lo viejo.

Peter F. Drucker hizo en su libro ‘Los desafíos de la administración en el siglo XXI’ "un llamamiento a la acción" que encaja con nuestras circunstancias
sociales, económicas y medioambientales

Después, a partir del análisis de unos ejemplos, proponía cómo gestionar el abandono y cómo organizar los procesos de mejora para obtener mayor provecho de los procesos exitosos. Sabía que el cambio se anticipa, se crea y abre ventanas de oportunidad. También avisaba de lo que no se ha de hacer e identificaba tres trampas: confundir oportunidades inadaptadas con innovaciones, confundir novedad con innovación; confundir movimiento con acción.

El cambio hay que pilotarlo para dar continuidad a lo que queremos mantener. Ese equilibro es crucial en el conjunto de la sociedad y, por extensión, en las políticas públicas. Drucker escribía que "intentar anticiparse a los cambios es igualmente improbable que tenga éxito. Estos cambios no son predecibles". Y, a continuación, decía: "La única política con probabilidades de éxito es intentar crear el futuro. Los cambios, por supuesto, tienen que ajustarse a las certezas. Sin embargo, dentro de estas limitaciones, el futuro sigue siendo maleable. Todavía puede crearse. Intentar crear el futuro es muy arriesgado. Pero es menos arriesgado que no intentarlo. Una buena parte de los que lo intentan […] no tendrán éxito. Pero, como es de esperar, nadie más lo conseguirá". En fin, un libro para desempolvar y leer en estos tiempos donde la volatilidad y la incertidumbre se han instalado en el imaginario social y político.

La propuesta de Drucker es útil para pensar las políticas públicas y las inversiones estructurales. Por ejemplo, nos sirve para pensar el asunto de la unión de estaciones de esquí por Canal Roya. El gobierno de Lambán está empecinado. La pregunta es: ¿Tiene sentido? ¿No habría que revisar las políticas estructurales de los valles y aplicar el abandono organizado de políticas obsoletas? ¿Quizá hay que proponer otras formas de creación de riqueza sostenibles y endógenas? Los datos apuntan a un cambio climático donde la escasez de lluvias y de nieve junto con el aumento de las temperaturas va a ir a más. Estamos viviendo cómo el campo se seca. Los pantanos están en límites históricos y una certeza: falta agua. La sequía es el problema a gestionar. El estrés hídrico afecta a todos, también a la economía de la Montaña. Hay que adelantarse al futuro y pensar bien las inversiones públicas. Un telecabina cambia radicalmente el paisaje y la naturaleza. ¿Es eso lo que necesitamos?

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Chaime Marcuello)

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