Llueve si rezas

A la izquierda, imagen antigua de la Virgen de La Sagrada; y a la derecha, imagen actual de la Virgen de La Sagrada de La Muela (que es la que se saca mañana en la procesión).
Llueve si rezas
Heraldo

Es un clamor: Enrique Lafuente, Baturro Bizarro, corrige la versión definitiva de su monumental estudio sobre José de la Peña, el costurero español que triunfó en el París de la Belle Epoque dirigiendo la Casa Doucet: erudición amena, panorámica transversal de la época en más de mil páginas con todos los ídolos del arte y la cultura en acción.] Habría que hacer, como antes, una rogativa para que llueva. 

Pero ahora no se reza casi, o se reza en la clandestinidad. Un ardid chamánico es invocar la lluvia con trucos así: salir con el paraguas semiabierto; comentar en el ascensor: "Qué manera de llover, eh". Igual que los árboles crean el viento los paraguas pueden atraer la lluvia: está casi semidemostrado. Si crees, rezas y llueve... y esa es la única predicción infalible. Representamos con gran estrapalucio la pasión y muerte de Cristo pero la resurrección, pura alegría, la tenemos un poco abandonada. Claro que si creyéramos en la resurrección tendríamos que creer a tope... y estar contentos... Que está mal visto (las dos cosas). Resucitar no es fácil: exige, como expulsar demonios, mucha oración. La lluvia es más accesible: con diez personas que recen ya lloverá. Claro que en la mayor parte del territorio no hay diez personas por km2, y las que hay están agobiadas... porque no llueve. Incluso si tuvieran razón los que culpan de la sequía a los misteriosos aviones que –dicen– fumigan esas enormes rayas en el cielo, incluso si tuvieran razón se podría hacer llover a fuerza de rezar. Si rezas llueve.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Mariano Gistaín)

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